Finalmente, hemos llegado a la cuarta y última parte de las apariciones de la Virgen de Fátima.
La última aparición, ocurrida el 13 de octubre de 1917, es quizá la más espectacular de todas. Pues es aquí en donde la virgen realiza un milagro sensacional para fortalecer la credibilidad de las masas.
Muchas personas son bastante escépticas en relación a este tipo de cuestiones sobrenaturales. Sin embargo, el milagro de octubre de 1917, presenciado por miles de personas, es realmente muy difícil de ignorar y negar.
En mi opinión, el aspecto más importante de las apariciones de Fátima es, además del mensaje de la virgen, la evidencia de la existencia de Dios y otras entidades superiores a nosotros.
Este tipo de casos me apasionan porque me demuestran que no estamos solos en el universo, sino que existe algo más allá afuera.
Discutiremos esto más adelante. Pero por ahora, y sin más preámbulos, veamos lo que ocurrió en ese mes…
El milagro del 13 de octubre de 1917 se conoce como «el milagro del sol». Pronto veremos la razón.
Resulta que la noche anterior había llovido copiosamente, dejando un terreno mojado y un hálito de humedad en el ambiente.
En el lugar, ya se habían congregado alrededor de 70,000 personas, y también lo habían hecho Lucía, Jacinta y Francisco.
La virgen se apareció poco después del mediodía, y la típica conversación entre Lucía y la señora del Rosario tuvo lugar.
La virgen desea que continúen rozando el rosario cada día y que construyan una capilla en su honor en ese mismo lugar. Asimismo, indica que la guerra pronto terminará.
Lucía, por su parte, le pregunta por las peticiones de la gente, pues quiere saber si ayudará a las personas.
La virgen dice que aceptará las peticiones de algunos, pero que rechazará las de otros. Pues la gente tiene que enmendar su vida y pedir perdón por sus pecados. No tienen que seguir agraviando a Dios, porque el señor ya está muy ofendido.
Una vez finalizada la conversación, la virgen se eleva al cielo y desaparece entre las nubes.
En este punto, comienza el «milagro del sol».
En realidad, ocurrieron dos milagros. Uno presenciado por las masas y el otro presenciado por los niños.
Los infantes contemplaron a José, María y Jesús, en el cielo. Y pudieron observar cómo bendecían la tierra desde las alturas.
Por otro lado, las masas no presenciaron esto, sino que vieron algo muy diferente. Algo realmente espectacular.
En algún momento, la gente comenzó a gritar: «¡El cielo… Miren al cielo…Es un milagro!».
De repente, el sol empezó a cambiar de color, hasta tornarse en un disco plateado, parecido a una perla, y casi del color de un copo de nieve.
Acto seguido, el sol comenzó a girar con rapidez y a rebotar por todo el cielo.
Los testigos lo describían como «si estuviera bailando», moviéndose de un lado a otro, y brincando alegremente por el firmamento, como si se tratara de una pelota de goma.
Obviamente, al ver esto, la gente comenzó a gritar con desenfreno.
Un hombre viejo, al lado de un ómnibus, entablo una oración en voz alta, implorándole a la gente a que se postrara.
En seguida, el sol comenzó a destellar rápidamente, para luego cambiar de color y empezar a emitir todas las tonalidades del arco iris.
Primero, empezó con el color blanco y plateado. Después, tomó una tonalidad azul. Y finalmente, alternó entre el amarillo, el morado, y el rosado.
Era cautivante ver el mundo en distintos colores, pues cuando el sol era azul, todas las sombras se veían azules. Y cuando era amarillo, todas las sombras eran amarillas. Y así ocurría, sucesivamente, con cada cambio de color.
En medio de esta alucinante exhibición, un individuo gritó: «¡miren, esa mujer se ve amarilla!».
Las personas decían que era como mirar a través de los vidrios de una iglesia. La atmósfera era como un vitral gigantesco, que cambiaba de colores cada cierto tiempo.
Sin duda, la experiencia debió ser alucinante.
En algún momento, y según los relatos de los testigos, el sol pareció «salirse de su lugar en el firmamento», y comenzó a dirigirse amenazadoramente hacia la tierra.
Al ver que el sol se hacía más y más grande, la gente empezó a gritar despavorida, pensando que el sol los aplastaría con su enorme tamaño, y los calcinaría con sus poderosos rayos.
El señor Alfredo Da silva Santos narra una divertida anécdota:
Resulta que ese día, había acudido a la cova en compañía de su nueva esposa. Cuando el sol se abalanzó sobre la tierra, la mujer se desmayó. Sin embargo, el hombre estaba tan impactado por lo que estaba presenciando que, en lugar de socorrer a su mujer, terminó arrodillándose y llorando como todos los demás.
Sin duda, la multitud creyó que se trataba del fin del mundo. Algunos hasta comenzaron a confesar sus pecados en voz alta.
Tal vez, una de las cosas más increíbles y grandiosas que ocurrieron aquel día, era que el sol no lastimaba las retinas de las personas.
La gente podía mirarlo sin sentir ningún tipo de molestia, y sin sufrir daño alguno. Los testigos postraban su vista en el astro rey y su luz no los cegaba.
Todo el fenómeno debió durar alrededor de 10 minutos. Tiempo suficiente para cambiar la vida de millares de personas para siempre. No es de extrañar que muchos escépticos y ateos se convirtieran aquel día.
Otra anécdota agradable nos la cuenta Ignacio Lorenco.
Resulta que, por ese entonces, el señor Lorenco tenía nueve años, y se encontraba en una escuela ubicada a 11 millas del lugar.
En ese momento, una tremenda conmoción ocurría en la calle. La gente corría y gritaba histéricamente. En consecuencia, los niños y la maestra salieron para ver que estaba sucediendo.
Ignacio relata que había un hombre que no hacía otra cosa que burlarse del fenómeno de Fátima. Haciendo mofa de los ingenuos que acudían a la cova, simplemente para seguir a una niña farsante y ordinaria.
No obstante, cuando ocurrió el «milagro del sol», el hombre se quedó paralizado mirando al cielo, con sus ojos fijos en el sol.
Después, comenzó a temblar desde los pies a la cabeza, levantando los brazos, y cayendo de rodillas, para luego comenzar a llorar desaforadamente, como todas las otras personas que allí se encontraban.
Ciertamente, amigos míos, el incidente de Fátima fue un evento descomunal.
¿Qué pienso de todo esto?
En realidad, tengo varias reflexiones:
Muchas personas creen que las apariciones de la Virgen de Fátima son una prueba contundente de la veracidad del cristianismo y, por lo tanto, la validación de la Iglesia Católica.
Quiero aclarar que no soy religioso. Así que no me interesa validar a la Iglesia Católica.
Lo que sí creo es lo siguiente: Dios se manifiesta en maneras diferentes. Puede aparecer en distintas formas, según resulte conveniente.
En efecto, a los católicos, se les manifestará en la figura de Jesús y la virgen. A los musulmanes, en la figura de Alá. Y a los hindús, en la figura de Brahma o Shiva.
Si crees en los extraterrestres y en los ovnis, esta será la forma en la que se te aparezca. Y si no crees en Dios, pues simplemente, nunca se te aparecerá.
Dios se manifiesta en la manera que resulta más familiar para las personas.
Ahora bien, tengamos presente el contexto de las apariciones de Nuestra Señora del Rosario: el clímax de la Primera Guerra Mundial.
Igualmente, Europa, como la mayoría del mundo occidental, es predominantemente cristiana y católica.
Bajo estas circunstancias, si Dios quería mandar un mensaje a la humanidad, es apenas obvio que lo hiciera a través de las figuras del cristianismo. Es decir, a través de la religión predominante: la Iglesia Católica.
Mucha gente sostiene que las apariciones de la Virgen de Fátima son una obra del diablo.
¿Podría ser posible? ¿Podría ser Satanás, disfrazado de virgen, el responsable de aquellas apariciones?
Bueno, cualquier cosa es posible. Pero, honestamente, no lo creo.
Considero que la fe de las personas estaba en un nivel muy bajo por esa época.
Tengamos presente que, además de la Primera Guerra Mundial, los primeros 50 años del siglo XX fueron extremadamente duros.
Durante esas primeras cinco décadas, la humanidad tendría que sufrir innumerables calamidades, tales como: dos guerras mundiales, la plaga de la gripe española, grandes depresiones económicas, etc.
Sin duda, era una época de mucha turbulencia, y la humanidad necesitaba un mensaje de esperanza.
¿Y qué mejor oportunidad para llegar a los corazones de millones de cristianos y católicos, que las apariciones de la Virgen de Fátima?
Creo que Dios le encomendó a la virgen la misión de levantar la moral y la fe de las personas que, por esa época, estaba por el suelo.
Dicho esto, no obstante, hay una cosa que podría apoyar la teoría de una obra satánica. Y es esta:
¿Por qué las apariciones tuvieron que ocurrir, precisamente, los días 13 de cada mes?
Es decir, ¿por qué el 13?, ¿Por qué no el 12, o el 7, que son números más sagrados?
Ya hice un video sobre la «maldición del día 13». Si no lo has visto, por aquí arriba te dejo el enlace.
En mi opinión, el 13 siempre ha sido un número maldito. Un día de mal agüero. Así que resulta algo sospechoso que las apariciones de la virgen hayan ocurrido, justamente, en este día.
¿Prueba esto que las apariciones de la Virgen de Fátima son realmente satánicas? ¿O es que acaso Dios quiso vindicar este número y reparar un poco su mala fama?
¡Imposible saberlo! Ahí sí, que cada quien saque sus propias conclusiones.
Otros puntos interesantes de las apariciones de la señora del Rosario son los siguientes:
La virgen reconoce la existencia del infierno. No obstante, es debatible determinar si se trata de un lugar literal o figurativo.
En mi opinión, el infierno es un lugar figurativo.
Figurativo en el sentido que el infierno se vive en existencias denigrantes y lamentables aquí en la tierra.
Siempre he sido un defensor acérrimo de la teoría de la reencarnación, así como del Karma y el Dharma.
Si haces cosas malas en este mundo, lo pagarás en tus próximas vidas. Ese será tu infierno.
El infierno, descrito como un lago de fuego en donde las almas se cocinan vivas, es metafórico y figurativo. Significa una existencia de sufrimiento aquí en la tierra.
¿Podría el infierno ser un lugar literal en vez de metafórico? ¡Quién sabe! Tal vez…
Sin embargo,
De ser un lugar literal, me imagino que sería temporal. Porque, honestamente, estar por toda la eternidad quemándose en un lago de lava ardiente, me parece algo extremo y exagerado. Sobre todo, para un Dios que predica el «amor incondicional».
Otro punto interesante es cuando Lucía le pregunta a la virgen si sanará a los enfermos, pues ésta le contesta que a unos si y a otros no.
¿Por qué la virgen haría esta distinción? ¿Acaso era un capricho elegir a quien ayudaría? Lo dudo.
En realidad, y como ya dijimos, todo tiene que ver con el karma. Pues las personas que arrastran un karma considerable de vidas pasadas, tienen que pagar sus deudas. Indiscutiblemente.
La virgen sabía esto y, por lo tanto, no ayudaba a las personas que tenían un karma importante. Éstos individuos debían padecer su enfermedad, ni modo.
Es por esa razón que la virgen le decía a Lucía, repetidamente, que ayudaría a algunas personas, pero a otras no.
Por otro lado,
¿Podría el fenómeno de Fátima haber sido generado por extraterrestres?
Tal vez los alienígenas, haciendo uso de su tecnología avanzada, pudieron haber sido los actores que orquestaron las apariciones de la virgen. Una posibilidad que no podemos descartar.
Lo que sí es cierto, no obstante, es que la veracidad del fenómeno es incuestionable.
El hecho de que más de 70,000 personas hayan podido experimentar y dar testimonio del «milagro del sol», hace bastante creíble lo que ocurrió en Fátima, en 1917.
Es importante entender que el fenómeno fue presenciado por reporteros y hombres de ciencia. Como el doctor Almeida Garret, doctorado de la Universidad de Coimbra, y quien hizo una descripción bastante detallada del milagro.
En fin, mis emprendedores de la felicidad, vamos a dejarlo hasta aquí.
¿Qué piensan ustedes del fenómeno de Fátima?, ¿Un suceso real o ficticio?, ¿Obra de Dios o del demonio?, ¿Producto de civilizaciones extraterrestres o una simple histeria colectiva?
Déjenme sus opiniones en los comentarios.
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Como siempre, les ha hablado su amigo y servidor, Andrés Rueda.
¡Les deseo a todos un maravilloso día y hasta la próxima!