Hoy vamos a tocar un tema muy fascinante: el de las vidas pasadas. Pero más exactamente, las cicatrices que nos han dejado nuestras vidas pasadas.
No es un secreto que soy un ferviente partidario de la reencarnación.
Abriremos el tema con la siguiente pregunta: ¿Si la reencarnación existe, porque no recordamos absolutamente nada de nuestras vidas pasadas? Ciertamente es una pregunta muy válida.
Una pregunta que tú, mi querido emprendedor de la felicidad, te podrás haber preguntado en muchas ocasiones.
Bueno, la respuesta es que, a veces, en nuestras vidas pasadas, fuimos víctimas de acontecimientos y sucesos muy traumáticos.
Por esta razón, y probablemente como un mecanismo de defensa, en las nuevas vidas no recordamos nada de estos eventos feos que nos han dejado una impresión muy mala.
Obviamente, no es la única razón por la cual no recordamos nada de nuestras vidas pasadas.
El punto es que en vidas pasadas pudimos haber sido víctimas de muchas situaciones traumáticas. Llámese accidente de tráfico, muerte de seres queridos, heridas y decepciones amorosas, muertes violentas, etc.
Todas estas impresiones realmente nunca las olvidamos, pues siempre quedan en algún nivel de nuestra consciencia.
Es cierto que tal vez no las recordemos a nivel consciente, pero enterradas en algún lugar de otras dimensiones de conciencia, todos estos eventos están allí.
Esto explicaría porque las personas tienen fobias y miedos que parecen no tener ninguna explicación. Alguna gente nace con miedos a las alturas, por ejemplo.
Mientras que otros nacen con un miedo excesivo a socializar con el sexo opuesto. Podría ser que, en el primer caso, alguien tuvo, en una vida pasada, un evento traumático con alguna caída a gran altura.
En el segundo caso podría ser que alguien tuvo una decepción amorosa muy fuerte. Esto explicaría porque en la nueva vida, la persona tiene mucho miedo de interactuar con el sexo opuesto, pues teme volver a ser herida, como le ocurrió en la vida pasada.
Por eso, existe lo que se llama la “terapia regresiva reconstructiva”. Éste es sólo un término técnico para describir la técnica de regresión.
Para muchas personas, someterse a las regresiones es una terapia muy útil para sanar esas heridas y cicatrices, tanto mentales como espirituales, que se arrastran de vidas pasadas.
Les explicaré, a groso modo, más o menos como funciona esta técnica. El paciente se debe inducir en un estado de relajación profunda. Esto se logra a través de técnicas hipnóticas.
La cuestión es que cuando el paciente ya está en un estado hipnótico y de profunda relajación, se puede empezar a sacar algunos datos de su subconsciente.
Es como abrir las puertas de los archivos de la mente, para buscar y encontrar esos traumas del pasado que están perjudicando a la persona, de una manera u otra.
Lo que tienen que entender es que los traumas del pasado crean bloqueos emocionales y malas energías. Entonces la idea es liberar todas estas energías dañinas que se manifiestan en nuestro cuerpo físico y espiritual.
En la medida en la que no se liberen todas estas energías, y no se enfrenten y resuelven los traumas, será muy difícil resolver los conflictos y los patrones erráticos de conducta de la vida actual.
Por ejemplo, recuerdo que una vez leí un par de casos al respecto. Si la memoria no me falla, uno de estos casos se trataba de un hombre que tenía un miedo inusual al agua.
Cada vez que a la persona le ponían enfrente el agua, se alborotaba y empezaba a patalear como si viniera el mismo diablo a llevárselo al infierno. Después de someterse a una terapia de regresión, esta persona logró recordar que en una vida pasada había muerto ahogado. Y de ahí venía su miedo inusual al agua.
Otro caso que recuerdo era el de un hombre que tenía un miedo exagerado a los aviones. Simplemente, el tipo no podía volar.
Después de una regresión, el hombre empezó a recordar vidas pasadas y empezó a contar como él había sido un piloto de la segunda guerra mundial.
Resulta que en una de las tantas misiones en las que estuvo, el avión en donde volaba fue derribado por fuego enemigo, hasta precipitarse al suelo y explotar, matando, obviamente al piloto. Era por ese suceso traumático que el hombre tenía un miedo inusual a los aviones.
Estas regresiones son muy importantes para descubrir todos esos traumas que nos pueden estar afectando. Es bien sabido que el primer paso para superar un problema, es reconocerlo y tener bien presente las raíces del mismo.
La regresión sirve justamente para esto, para desenterrar esos sucesos dolorosos que pueden estar generando patrones de conducta erráticos y perjudiciales.
Uno de los mayores defensores de las vidas pasadas, es el psiquiatra Brian Weiss, quien realizó muchas regresiones con pacientes.
Él los hipnotizó hasta que estos llegaron a sus vidas pasadas y empezaron a contar todo lo que les había sucedido en aquellas existencias.
Obviamente, y como es de esperar, no todos los médicos creen en esto de las vidas pasadas. Siempre existe el grupo de escépticos que tratan de darle otra explicación.
Las explicaciones que dan los médicos incrédulos, es que cuando una persona se topa con un suceso traumático, inventa una especie de “película de otra vida” como un mecanismo de protección.
Un mecanismo que le sirve para no revivir ese traumatismo tan intensamente. Así que todo eso de las vidas pasadas es “puro cuento”, según estos doctores.
Aunque estas explicaciones de los escépticos tienen algo de sentido, yo personalmente sostengo que no explican la totalidad de los traumas de muchos pacientes.
¿Por qué digo esto? Porque hay muchos traumas que van más allá de la vida actual. Es decir, si uno tiene un trauma en la vida, pues uno obviamente recuerda cuál fue el trauma.
Así que no sería tan difícil identificar las causas de los problemas. Pero hay gente que trae traumas que no tienen una explicación coherente.
O sea, esta gente no ha tenido ningún evento traumático en su vida como para que se le pueda dar una explicación satisfactoria a ciertas fobias y comportamientos extraños.
Entonces, ¿cómo explicamos esto? La única explicación coherente es remitirnos a vidas pasadas.
La única posibilidad de que los problemas no se hubieran generado en vidas pasadas, sería que el trauma hubiese acontecido en una niñez muy temprana, antes de los cinco años.
Pero mucha gente puede dar fe de que no tuvo ningún evento traumático en su vida, ni en su niñez más temprana. Así que la única posibilidad es que estos traumatismos hayan ocurrido en vidas pasadas.
Lo positivo de realizar estas terapias de regresión es que se pueden liberar estas memorias ancladas, y después se pueden enfrentar los traumas.
Al enfrentar los traumas, se puede dar una resolución al conflicto.
Y esto, evidentemente, crea una sanación física, espiritual, mental y emocional. Obviamente, no es un proceso sencillo. Descubrir cuál es la emoción reprimida es difícil, y todavía más difícil superarla.
Por eso es que hay que dar tiempo y espacio, para que poco a poco, vayamos sanando nuestras heridas emocionales.
Ahora, la pregunta del millón es, ¿cómo sabemos si tenemos traumas de vidas pasadas que nos están afectando en nuestra vida actual?
Bueno, la verdad es que existen algunas señales, por así decirlo, que podemos identificar.
Por ejemplo, si tenemos reacciones muy fuertes ante ciertas cosas (como olores, palabras, imágenes, etc.); o si tenemos fobias, y miedos intensos y exagerados, por algo (trátese de una situación, un animal, una acción, etc.).
Si eres una persona que tiene miedos inusuales e inexplicables, y que constantemente está fracasando en algún ámbito de la vida, tal vez debas someterte a una regresión de este estilo.
¿Quién sabe qué cosas podrás descubrir de tus vidas pasadas y que te están afectando en la vida actual?
Recuerda que tus fracasos afectivos y materiales, así como ciertas enfermedades psicosomáticas (asma, alergias, migrañas, bulimia, anorexia, etc.) pueden tener que ver con sucesos traumáticos de tus vidas pasadas.
Yo siempre he sostenido lo siguiente: nosotros somos seres eternos, que se encuentran en un proceso de lento aprendizaje y evolución.
Por eso, la vida actual no es más que una continuación de una película que ya empezó. Y como en cualquier película, es bueno que conozcamos el comienzo porque, de lo contrario, podríamos perdernos en la historia.
Dicen que hay que conocer el pasado para entender el presente, ¿Sabes cuál es tu verdadero pasado? ¿Sabes qué has hecho en vidas pasadas? ¿Conoces cuál es la misión de tu vida actual? Ahí les dejo la inquietud.
Bueno, mis emprendedores de la felicidad, vamos a dejarlo hasta aquí.
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Como siempre, les ha hablado su amigo y servidor, Andrés Rueda.
¡Les deseo a todos un maravilloso día y hasta la próxima!