En marzo 10 de 1909, nació en Holanda uno de los psíquicos de mayor renombre de la historia moderna: Gerard Croiset.
Las habilidades de este hombre fueron ampliamente estudiadas y documentadas durante toda su vida.
A pesar de esto, y como es típico en este tipo de casos, la ciencia ortodoxa desacredita las hazañas de este gran vidente.
“Pura coincidencia”, decía James Lett, uno de sus críticos más acérrimos.
El señor Lett afirmaba lo siguiente: “la mayoría de predicciones de Gerard Croiset son vagas o simplemente equivocadas. Debido a que Croiset realizó miles de predicciones en su vida, no es para nada sorprendente que haya tenido uno o dos aciertos coincidenciales”.
Esta técnica es típica de la ciencia. Cuando los científicos no logran comprender un fenómeno a cabalidad, lo que hacen es “barrerlo debajo de la alfombra”, y simplemente asumen que no hay nada de verdad detrás de estos extraños sucesos.
Esta táctica de “hacerse el bobo”, la han aplicado a todo tipo de fenómenos incomprensibles. Por ejemplo, los fenómenos paranormales, los fenómenos ovni, la existencia de Dios, etc.
Los casos de telepatía, clarividencia y precognición, también han sido víctimas de esta práctica.
“Es que no hay evidencia contundente”, alegan. Y como no hay “evidencia contundente”, lo descartan por completo.
No obstante, aunque no hay “evidencia contundente”, hay “evidencia de indicios”, si así se quiere, que apoyan la veracidad de los fenómenos.
¿Qué se hace con esta evidencia? Se ignora y se descarta como algo absurdo.
Hoy algunas de las hazañas de Gerard Croiset. Y dejaré que ustedes, mis emprendedores de la felicidad, saquen sus propias conclusiones.
Analicen los hechos por cuenta propia, y decidan si las visiones de Gerard Croiset constituyen una evidencia sólida de la clarividencia y la precognición.
Antes de entrar en materia, no obstante, quisiera plantear el siguiente interrogante: ¿por qué es importante determinar si existe la clarividencia y la precognición?
La respuesta es muy sencilla: porque estoy firmemente convencido que el ser humano posee facultades y poderes ocultos. Poderes que, en principio, catalogaríamos como “imposibles”. Poderes que la misma ciencia no puede explicar y que, por lo tanto, se “barren debajo de la alfombra”.
Teniendo presente esto, ahora sí, a lo que vinimos…
Empecemos por definir el concepto de «clarividencia». ¿Qué implica ser clarividente?
La clarividencia significa “ver con claridad”, a pesar de las limitaciones del tiempo y la distancia. Es decir, es la facultad para ver personas, lugares, cosas y sucesos, que ocurrieron (u ocurrirán) en distintos momentos y lugares geográficos.
De esta manera, el clarividente no necesita estar presente físicamente en el lugar geográfico de los hechos. Sin haber hecho ningún acto de presencia, puede ver lo que ocurrió, o lo que ocurrirá, en ese lugar.
Hay muchos tipos de clarividencia. Por ejemplo, la «precognición». Es decir, la capacidad de ver y predecir hechos futuros que aún no han ocurrido.
Como veremos a continuación, el señor Croiset poseía algunas facultades de precognición.
Presentaré cinco casos que demuestran las habilidades de Gerard Croiset:
El primer caso es el de Carol Sandelius, una chica de 24 años que desapareció en diciembre de 1959.
Su padre, Walter Sandelius, era profesor de la Universidad de Kansas. En vista de que las autoridades no daban razón alguna del paradero de su hija, el señor Sandelius decidió contactar a Gerard Croiset, porque había leído acerca del clarividente y sabía de su gran reputación para encontrar personas desaparecidas.
Walter Sandelius llamó, desde Estados Unidos, a Gerard Croiset, que por ese entonces vivía en Utrecht, Holanda.
Al indagar por el paradero de su hija, Croiset le dijo a Sandelius que “la veía corriendo sobre un gran césped y después cruzando un viaducto. Luego la veía en un lugar en donde había tiendas y una gran extensión de agua, con desembarcaderos y muchos barcos pequeños”. Acto seguido, manifestó que “la veía montada en un camión y en un coche rojo”.
Croiset afirmó que la chica seguía con vida y le aseguro al señor Sandelius que no se preocupara, que en seis días sabría de ella.
Dicho y hecho, al sexto día, cuando el señor Sandelius se disponía a telefonear a Holanda, su hija se encontraba sentada en el sofá.
La chica pudo dar fe de las afirmaciones de Gerard Croiset. Así que se pudo comprobar, sin mucha dificultad, la veracidad de sus visiones.
A pesar de que Croiset se encontraba a casi 8000 km de distancia, el hombre pudo ver y describir los movimientos de Carol con una precisión impresionante.
El segundo caso ocurrió en abril de 1963. Por aquellas fechas, el niño Wimpje Slee había desaparecido sin dejar rastro.
En esta ocasión, desafortunadamente, Croiset dijo que el niño había caído al agua y se había ahogado, cerca de una casa con una veleta inclinada. Afirmó, sin titubeos, que encontrarían su cuerpo en los alrededores de un puente.
Tal cual, el cadáver del pequeño fue encontrado entre dos puentes, cerca de la casa descrita.
El tercer caso ocurrió en mayo de 1976. Esta vez, Japón sería el escenario.
Una estación de televisión de aquel país decidió traer a Croiset, para ver si podía localizar a la niña Miwa Kikuchi, de siete años, quien había desaparecido algún tiempo atrás.
Cuando le mostraron la fotografía de la pequeña, Croiset exclamó de inmediato que estaba muerta.
Afirmó que la encontrarían en un lago cercano a su casa, por los alrededores del muelle, y adyacente a una estructura amarilla protuberante.
Tal cual, el cuerpo de la chiquilla fue encontrado cerca de los botes y en las vecindades de una torre de suministro de agua que, asombrosamente, estaba pintada de amarillo.
El cuarto caso fue documentado por el doctor Willhem Tenhaeff, un parapsicólogo que trabajó por más de 20 años con Croiset.
El doctor Tenhaeff ideó un experimento conocido como el «test de la silla», para probar las habilidades de precognición del personaje.
El test funcionaba de la siguiente manera:
Varias semanas antes de la celebración de una reunión pública, se le pedía a Croiset que redactará un informe sobre la persona que se sentaría en una determinada silla.
Cuando el día de la reunión llegaba, se le permitía a la gente sentarse en donde quisiera. Nadie sabía, obviamente, la prueba que se estaba llevando a cabo.
Acto seguido, se leía en público las afirmaciones de Croiset. De tal modo que la persona, sentada en la silla seleccionada, podía dar fe de las descripciones proporcionadas por el vidente.
Croiset atinaba con frecuencia en las descripciones de las personas, tanto en sus características físicas, como en los detalles de su trabajo. También proporcionaba datos sobre las circunstancias que las rodeaban y sobre ciertos incidentes de su vida.
A veces, Croiset no tenía visión alguna sobre la persona que se sentaría en la silla. Su mente quedaba completamente en blanco. Curiosamente, esto ocurría cuando nadie ocupaba el asiento seleccionado.
El último caso que veremos es, quizá, el más impresionante de la carrera de Gerard Croiset. Y tiene que ver con la desaparición de la joven escocesa, Pat MacAdam.
Esta muchacha desapareció el 19 de febrero de 1967, en circunstancias que nunca pudieron esclarecerse en su totalidad.
El cadáver nunca fue encontrado, por lo que su homicida, un camionero de la localidad, nunca pudo ser juzgado por el asesinato de la joven.
No obstante, el hombre fue juzgado a 30 años de prisión por el asesinato de otra persona, y también por varios intentos de violación.
Como ya lo mencionamos, las autoridades nunca pudieron encontrar el cadáver de la joven. Así que el caso se abandonó por falta de evidencias.
No obstante, un año después, el periodista Frank Ryan decidió investigar el incidente por su cuenta.
El hombre viajó hasta Holanda para entrevistarse con Croiset, en búsqueda de pistas e información al respecto.
Es importante mencionar que, Gerard Croiset, jamás había visitado Escocia. Por lo que no había manera de que conociera los detalles que narraría posteriormente.
Croiset describió un lugar a la orilla de un río, repleto de abetos y raíces que sobresalían de la tierra. Describió también un puente con barandillas grises de tubo, que se encontraba al pie de una colina.
El vidente le dijo al periodista que, si cruzaba este puente, llegaría a una casita de campo con una valla blanca, y muchos carteles en sus paredes.
En efecto, Frank Ryan pudo encontrar el puente de tubos grises al pie de la colina. Y luego, al cruzarlo, también descubrió la casa con carteles y valla blanca.
Esta descripción, de por sí, ya es bastante impresionante. Sin embargo, las cosas no terminarían aquí.
Algún tiempo después, el periodista volvió a Holanda. Pero, esta vez, llevaba consigo una Biblia que había pertenecido a la muchacha.
Cuando Croiset tocó la Biblia, inmediatamente exclamó: “está muerta”.
Después afirmó que el cadáver de la chica había sido enterrado en las cercanías de aquel lugar, en un hueco formado por las raíces de los árboles, a orillas del río. El vidente pudo señalar el lugar en el mapa. Una zona conocida como «Broom Cottage».
Croiset no se detuvo allí, sino que también proporcionó un detalle bastante significativo: la visión de la carrocería de un viejo coche abandonado, con una carretilla apoyada sobre él.
Frank Ryan pudo constatar, de primera mano, la veracidad de estos detalles. Pues, cuando regresó al lugar, descubrió un viejo Ford verde, sin ruedas, que se utilizaba como gallinero. Y, para sorpresa de todos, una vieja carretilla estaba apoyada en el maletero.
Desafortunadamente, por más que buscaron por el lugar, nunca pudieron encontrar el cadáver de Pat MacAdams.
Es posible que el cuerpo se haya salido del hueco, para después caer al río y ser arrastrado hasta el mar. Esto explicaría por qué nunca se pudo encontrar el cadáver de la joven.
Aquí lo tienen amigos, cinco casos que ponen de manifiesto las habilidades de clarividencia de Gerard Croiset.
Es importante entender que la clarividencia y la precognición no son habilidades desarrolladas en el ser humano.
Algunos individuos, como Gerard Croiset, las tienen más desarrolladas que la persona promedio. Aún así, el desarrollo de estas facultades está todavía lejos en nuestro proceso de evolución.
Es cierto que los videntes, de vez en cuando, se equivocan. No todas sus visiones son certeras y precisas. Sin embargo, esto no demerita sus alucinantes aciertos.
Gerard Croiset describía su proceso de clarividencia de la siguiente manera:
Primero veía un fino polvo que se transformaba en puntos y después en líneas. Enseguida, éstas se transformaban en figuras de dos dimensiones. Para, finalmente, convertirse en imágenes en tercera dimensión.
A veces las imágenes aparecían en blanco y negro, y a veces lo hacían en colores. Según Croiset, estas últimas representaban cadáveres.
A pesar de que el vidente fallaba en ocasiones, sus visiones no dejan de ser bastante impresionantes.
¿Qué creen ustedes? ¿Creen que las visiones de Gerard Croiset son un simple acto de casualidad? De ser así, ¿cuáles son las probabilidades de adivinar, por azar, aquella construcción amarilla, la casa con la veleta inclinada, el puente de barandas grises al pie de la colina, la casa con vallas blancas y carteles, y el coche abandonado con una carretilla a su lado?
¿O qué decir de las descripciones de la chica que apareció con vida, o de las personas que se sentaban en las sillas? Estas personas podían constatar la veracidad de las visiones del vidente. ¿Podría Gerard Croiset adivinar estas cosas por simple coincidencia? ¿Podría una persona común y corriente tener el mismo grado de certeza?
En mi opinión, no lo creo. Aunque las visiones de los videntes no son 100% exactas, su precisión supera lo que se podría catalogar como “simples coincidencias”.
Sin lugar a dudas, el ser humano posee facultades, habilidades y poderes aún sin descubrir. Poderes que la ciencia no entiende y que, por lo tanto, descarta por completo. Barriendo la evidencia existente “debajo de la alfombra”.
Bueno, mis emprendedores de la felicidad, vamos a dejarlo hasta aquí. Ahí les dejo la información para que cada quien saque sus propias conclusiones.
Recuerden:
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Como siempre, les ha hablado su amigo y servidor, Andrés Rueda.
¡Les deseo a todos un maravilloso día y hasta la próxima!