Diciembre 21, del 2012. ¿Alguien recuerda lo que sucedió, o lo que se supone sucedería, en aquella fecha?
El 2012 se hizo popular por ser el supuesto año del fin del mundo. Los mayas, y muchas otras culturas antiguas, lo venían prediciendo desde hace más de 2000 años.
Algunas películas se hicieron al respecto. Recuerdo, particularmente, aquella protagonizada por John Cusack. En aquella cinta, un desastre natural por poco acaba con el mundo entero.
No obstante, ¿Qué significaba realmente aquella fecha del 2012? ¿Acaso anunciaba el final del mundo?
En realidad, existen muchas ideas equivocadas y conceptos distorsionados en relación a esta cuestión.
El 2012 no significaba el final del mundo, sino, el final de una época y el comienzo de otra.
Una época extremadamente importante para la humanidad. Un periodo de cambio y despertar espiritual.
En este artículo analizaremos los mecanismos y dinámicas que se encuentran detrás de este cambio de época.
Mucha gente no comprende que estamos en un punto de transición entre dos períodos. Uno que está terminando y otro que apenas está comenzando.
Una nueva edad que depara grandes beneficios para la humanidad, pero que, también, presenta grandes retos y desafíos.
Es preciso entender las implicaciones de esta nueva época, para que podamos afrontarla de manera exitosa.
A continuación, veremos las razones que parecen indicar que estamos entrando en un nuevo mundo.
Hace 2020 años, aproximadamente, Jesús nacía en el pequeño pueblo de Belén. Su nacimiento daría comienzo a una nueva etapa: «la Era de Piscis».
La «Era de Piscis» reemplazaba a la vieja «Era de Aries». El nacimiento de Jesús marcaba el comienzo de este nuevo período y el Cristo se convertía en el símbolo de la misma.
La «Era de Piscis» reinaría por 2000 años, aproximadamente, para luego dar comienzo a la «Era de Acuario».
Las preguntas que nos interesan son: ¿de dónde salieron estas eras? ¿Cómo llegaron a formarse? Y ¿Qué significado tienen? La explicación la veremos a continuación.
En primer lugar, debemos entender varios conceptos: «equinoccios», «precesión de los equinoccios», «eclíptica» y «ecuador celeste».
Trataré de explicar esto de manera sencilla:
La tierra tiene un eje vertical inclinado de 23.5 grados. Este eje no se mantiene fijo, sino que rota. Describiendo un cono de 47° de amplitud.
La rotación de la tierra sobre este eje le da un movimiento de tambaleo al planeta, parecido al de un trompo.
Este movimiento ocurre por los efectos gravitatorios del sol y la luna. Y también debido a que la tierra es chata en los polos.
El movimiento de tambaleo completa una revolución cada 25,920 años, aproximadamente. Y genera un fenómeno que se conoce como la «precesión de los equinoccios».
Para comprender este fenómeno a cabalidad, es necesario entender los conceptos de «ecuador celeste» y «eclíptica».
El «ecuador celeste» es un plano imaginario que atraviesa de manera paralela el ecuador de la tierra.
Por su parte, la «eclíptica» es el plano de la órbita de la tierra alrededor del sol. Los antiguos la llamaron así porque en esta línea del cielo se producían los eclipses.
Desde el punto de vista de un observador en la tierra, la «eclíptica» es la órbita por donde el sol aparentemente “gira” alrededor de la tierra. Es decir, es el recorrido aparente que el sol realiza a través de las estrellas (o las constelaciones del zodiaco).
Los «equinoccios» son aquellos puntos en donde el plano del «ecuador celeste» interseca al plano de la «eclíptica».
En términos sencillos, un «equinoccio» es el día del año en donde el sol se puede observar directamente sobre el ecuador.
Existen dos equinoccios: el «equinoccio de primavera», también llamado «punto vernal», que ocurre alrededor del 20 de marzo; y el «equinoccio de otoño», que ocurre alrededor del 22 de septiembre.
En estos puntos del año, el sol interseca directamente con el ecuador. El resultado: un día y una noche de 12 horas.
Ahora bien, debido al movimiento oscilante del eje de la tierra, los «equinoccios» no son fijos, sino que se trasladan, año tras año, a distintos puntos de la «eclíptica».
Es decir, el sol no cruza el ecuador (punto vernal) por el mismo sitio todos los años, sino un poco más atrás cada vez.
Este “retroceso”, por así decirlo, ocurre a una velocidad de 1° por cada 72 años, aproximadamente.
De ahí viene el término «precesión de los equinoccios», porque cada «equinoccio» precede, cada vez más, al anterior.
Visualmente, el efecto es como si el sol atravesara, de manera retrógrada, cada uno de los 12 signos del zodiaco. Es decir, las constelaciones que se encuentran de fondo.
El ciclo que genera la «precesión de los equinoccios» se conoce como el «gran año», o el «año platónico». Y está dividido en 12 segmentos más pequeños, que componen las distintas «eras».
¿Por qué se divide el ciclo en 12 segmentos? Porque estas hacen referencia a las 12 constelaciones del zodiaco.
Como dijimos anteriormente, en la medida en que el eje de la tierra gira, en su movimiento de precesión, el «punto vernal» atraviesa cada una de las 12 constelaciones.
En la época de Jesucristo, la posición del sol en el ecuador estaba entre la constelación de Aries y la constelación de Piscis.
Es por esa razón que la «Era de Piscis» comienza, aproximadamente, con el nacimiento de Jesucristo, y termina, también aproximadamente, unos 2160 años después.
En efecto, si asumimos que la «precesión de los equinoccios» dura 25,920 años y luego lo dividimos en 12, cada era tendrá 2160 años.
Sin embargo, es debatible si la «precesión de los equinoccios» dura 25,920 años. Y también es debatible si cada era dura, realmente, 2160 años.
Algunos sostienen que el ciclo dura 26,000 años. Muchos otros avalan la cifra de 25,800 años, y aún otros la de 25,772 años. Son muchas las cifras que se han propuesto al respecto.
Podríamos suponer que este «año platónico» dura entre 25,500 años y 26,000 años. Por lo tanto, cada era puede variar entre 2125 años y 2166 años.
Si la «Era de Piscis» comenzó con el nacimiento de Jesucristo, y cada era dura, en promedio, 2160 años, entonces la «Era de Acuario» debería comenzar en el año 2160.
De ser así, ¿por qué muchas personas sostienen que comenzó en el año 2012?
Esto es porque, como lo dije anteriormente, no existe un consenso en relación a la duración del «año platónico», ni a las fechas exactas en que comienza y termina cada era.
Es necesario entender que las constelaciones no están distribuidas equitativamente en el cielo. Algunas están más pegadas y otras están más separadas. Además, las constelaciones varían en tamaño.
Por ejemplo, las constelaciones de Virgo y Acuario son las más grandes. En contraste, las constelaciones de Aries y Capricornio son las más pequeñas.
Esto hace, obviamente, que algunas «eras» sean más grandes, o más pequeñas, que otras. La «Era de virgo» debería durar más de 2160 años, y la «Era de Capricornio» debería durar menos que esta cifra.
Adicionalmente, no existen límites en el cielo que marquen el final de una constelación y el comienzo de otra.
Todo esto hace muy difícil establecer fechas exactas para los comienzos y los finales de cada «era astrológica».
Es posible que «la Era de Piscis» no haya comenzado exactamente con el nacimiento de Jesús, sino mucho antes.
Por otro lado, entre las fechas que se postulan para el comienzo de la «Era de Acuario», están las siguientes: 2638, 2658, 2160, 2080, 2020, 2012, 1962, 1948, etc.
Hay quienes sostienen que la «Era de Acuario» comenzó a mediados del siglo pasado, después de la Segunda Guerra Mundial.
La fecha del 2012 fue postulada debido al calendario Maya, que cerraba su ciclo justo en esa fecha.
Otra razón que avala la fecha del 2012 es la estrella «Regulus». En ese año, «Regulus» abandonó la constelación de Leo para entrar en la constelación de Virgo. Esto pondría el borde de las constelaciones Piscis y Acuario a 150° al oeste de «Regulus», justo en el punto del «equinoccio de primavera».
Otros sostienen que la «Era de Acuario» comenzó en diciembre 21, del año 2020. La razón, dicen, es porque en esa fecha Júpiter y Saturno entraron en conjunción en Acuario. Además, otros siete cuerpos celestiales se moverán a este signo en febrero del 2021.
Como podemos apreciar, nadie sabe la fecha exacta en que termina la «Era de Piscis» y comienza la «Era de Acuario».
Lo que sí es cierto es lo siguiente: Han pasado más de 2000 años desde que comenzó la «Era de Piscis». Teniendo en cuenta que cada «era» dura, aproximadamente, 2160 años, estamos muy cerca de comenzar la nueva «Era de Acuario».
Ahora bien,
La transición entre «eras» se caracteriza por tiempos difíciles y tormentosos. Tal vez, porque los humanos siempre nos resistimos al cambio.
El cambio es difícil. El cambio no se acepta fácilmente. Cada era marca un cambio de paradigma. En consecuencia, las transiciones entre ellas marcan tiempos agitados y complicados.
El siglo XX fue un siglo de mucho cambio y agitación. La humanidad experimentó pandemias, dos guerras mundiales, un crecimiento tecnológico vertiginoso, y varios cambios de paradigma en los campos religiosos, sociales, políticos y científicos.
El principio del siglo XXI también ha sido turbulento. La pandemia del 2020, por ejemplo, puede ser apenas el comienzo de tiempos difíciles que se avecinan.
No obstante, no debemos preocuparnos. Estos momentos difíciles y complejos son pasajeros. Son cosas normales de cada cambio de era.
En definitiva, ¿qué podemos esperar de la nueva «Era de Acuario»? ¿Qué cosas van a cambiar en relación a la antigua «Era de Piscis»?
¡Todo esto lo veremos en el próximo artículo! ¡No se lo pierdan!
Bueno, mis emprendedores de la felicidad, vamos a dejarlo hasta aquí.
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Como siempre, les ha hablado su amigo y servidor, Andrés Rueda.
¡Les deseo a todos un maravilloso día y hasta la próxima!