En el día de hoy, vamos a hablar sobre la poderosa nebulosa del cangrejo. Si hay algo que, definitivamente, tiene la capacidad de asombrarnos y generarnos un sentido de lo pequeños que realmente somos, sin duda es el universo.
Allá afuera, en la inmensa vastedad del espacio, se encuentran cosas que son realmente increíbles. Cosas alucinantes, extraordinarias y soberbias, por decir lo menos. Justamente, una de estas cosas portentosas, son las nebulosas.
Ustedes se preguntarán, Andrés, ¿qué son esas cosas de las nebulosas? Pues verán, en términos sencillos, las nebulosas son gigantescas nubes de gas, formada en su mayor parte por distintos tipos de moléculas.
Es importante que comprendas que estás cosas son gigantescas, pues basta decir que las más pequeñas si apenas tienen unos pocos años luz de diámetro. Ahora, recuerda que la velocidad de la luz es alrededor de 300,000 km/s.
Es decir, si tuvieras una nave que pudiera viajar a esta velocidad, en 1 segundo recorrerías 300,000 km. Para ponerlo en perspectiva, si tuviéramos un avión que pudiera viajar a esta velocidad, este avión sería capaz de darle la vuelta a la tierra unas 23 veces y media, en apenas 1 segundo. O sea, estamos hablando de una velocidad apoteósica.
Bueno, pues resulta que las nebulosas más pequeñas cuentan con un diámetro de apenas unos pocos años luz. Es decir, viajando a la apoteósica velocidad de la luz, nos tomarían varios años ir de un extremo al otro.
Y esto es hablando de las nebulosas más pequeñas, ¿qué decir de las más grandes? Pues, de hecho, la más grandes pueden alcanzar hasta los 300 años luz de diámetro. Si quisiéramos recorrer toda la longitud de estos gigantes, tres siglos nos tomarían ir de un extremo al otro.
Y esto, solamente si pudiéramos viajar en una nave que volara a la velocidad de la luz. Sin lugar a dudas, estos tamaños son realmente inimaginablemente grandes.
Las nebulosas gigantes se componen principalmente de hidrógeno y monóxido de carbono. Pero también tienen otras moléculas allí adentro. De hecho, hasta se han identificado 60 tipos diferentes de moléculas en su interior.
Ahora bien, antes de continuar, es bueno que comprendamos cómo se forman las nebulosas, en primera instancia. Pues verás, las nebulosas se forman a partir de explosiones de supernovas. Si no sabes lo que es una supernova, no te preocupes, ya te lo explicaré.
Resulta que las estrellas, como nuestro sol, tienen una vida útil, por así decirlo. Es decir, no creas que nuestro sol vaya a durar para siempre. Todas las cosas nacen y mueren, es la ley natural de la vida y de la existencia.
Y las estrellas no están exentas de este proceso. Éstas también nacen y también deben morir algún día. Pues resulta que cuando una estrella está a punto de morir, suele disminuir su tamaño y colapsarse sobre sí misma, hasta que llega un punto en que finalmente muere.
Y esta muerte es un suceso apoteósico y alucinante; pues cuando una estrella muere, estalla en una gigantesca y tremenda explosión. Una explosión tan violenta y colosal, que es difícil imaginar su tamaño. Una explosión que libera unas cantidades descomunales de energía y materia.
Pues es justamente en estas monstruosas explosiones que se forman las nebulosas. En otras palabras, las nebulosas son los remanentes de gas y materia de estas titánicas explosiones. Pero tal vez lo más interesante acerca de las nebulosas, es que es el lugar en donde mueren y nacen estrellas.
En efecto, lo fascinante es que las nebulosas se forman a partir de la muerte de una estrella, pero al mismo tiempo, dentro de ellas, se tiene el caldo de cultivo para crear otra nueva estrella. Si pensamos detenidamente en este proceso de reciclamiento de estrellas, por así llamarlo, sin duda tendremos que concluir que se trata de algo fascinante.
Pues bien, resulta entonces que el material de las nebulosas está creado por las estrellas más viejas, que ya han muerto, y que se llaman «estrellas de población II». Como ya dijimos también, es a partir de este material de estrellas viejas que se crean las «nuevas estrellas de población I».
Estas nuevas estrellas son más ricas en elementos pesados, ya que están formadas por muchos de los elementos que componían el núcleo de las estrellas viejas.
Ahora bien, es digno de mencionar que las estrellas, por su parte, también son maquinarias fascinantes, pues éstas son creadoras de enormes cantidades de energía, y también fabricadoras de átomos más complejos a partir del helio y el hidrógeno.
Y, por si fuera poco, también generan el caldo de cultivo, en forma de nebulosas, para que nazcan nuevas estrellas, una vez que han llegado al final de su ciclo de vida.
Cuando uno piensa en esto, no hay más remedio que maravillarse por los increíbles diseños y designios de Dios. O de la naturaleza, en caso de que seas ateo. Pero no es momento de embarcarnos en debates teológicos, esto lo dejaremos para otro día.
Así que, siguiendo entonces con nuestro cuento de las nebulosas, resulta que cuando una estrella explota en una supernova, el gas del espacio circundante se comprime y se calienta lo suficiente como para activar ciertas reacciones de fusión nuclear.
Son justamente estas reacciones las que dan nacimiento a las nuevas estrellas. Inclusive, se cree que nuestro sol se formó de esta manera. Es decir, que se creó a partir de la explosión de una supernova de otra estrella más vieja. Así, la nebulosa que está vieja estrella creo, fue la cuna de nacimiento de nuestro sol.
Como a estas alturas ya tenemos un mejor entendimiento de lo que es una nebulosa. Entonces podemos empezar a hablar de la «gran nebulosa del cangrejo», que es el tema principal de nuestro video.
Resulta que esta nebulosa se formó por una de las supernovas más espectaculares de las que se tiene noticia. La nebulosa está situada a, más o menos, una distancia de 6500 a.l, en la constelación de Tauro.
Aunque se podría decir que su tamaño no es tan grande, en comparación con otras nebulosas, sino más bien pequeño. Pues apenas mide la pequeña bobadita de 11 a.l de diámetro.
Ahora, ¿Sabías que la explosión que originó la nebulosa del cangrejo fue registrada en el año 1054 por astrónomos chinos? La explosión fue de tal magnitud, que hasta se pudo ver a simple vista en el cielo.
De hecho, y para ser más exactos, se dice que se podía apreciar a simple vista durante el día, por un lapso de, más o menos, 23 días.
Pero por la noche, se la explosión se pudo apreciar a simple vista por un lapso de dos años. Pero no fue sino hasta el año de 1731, cuando la nebulosa se descubrió oficialmente.
El descubrimiento lo llevó a cabo el astrónomo británico John Bevis. Una de las cosas más fascinantes de esta nebulosa es que sigue cambiando y moviéndose a velocidades inimaginables, a pesar de que, a simple vista, parece tranquila e inamovible.
La nebulosa tiene una forma de ojo, o de cangrejo, según quieras verla. Y se dice que allí adentro la materia está tan caliente, que las temperaturas alcanzan los 15,000 °C.
Para que te hagas una idea, la superficie de nuestro sol alcanza solamente unos 5000 °C. O sea, hay más calor allí adentro como tres veces el calor de la superficie de nuestro sol.
Y, además, también produce 75,000 veces más de energía que nuestra estrella. ¡Imagínate eso! Imagínate si tan sólo pudiéramos canalizar esta energía para el funcionamiento de nuestra civilización, esto sería como encontrar una fuente de energía inagotable.
¿Quién sabe? Tal vez algún día la humanidad tenga la tecnología suficiente para canalizar toda esta energía sideral. Ahora bien, como ya lo mencionamos, esta nebulosa está creciendo a un ritmo vertiginoso.
Un ritmo que difícilmente te puedes imaginar. Pues, se dice, que crece a una tasa de 1000 millones de kilómetros por día. ¡1000 millones de kilómetros por día! ¿Puedes imaginártelo? Esto es el equivalente a que crezca alrededor de 1000 km/s. ¡Imagínate!
¡Cada segundo esta cosa crece casi la longitud del país de Finlandia! Ciertamente, la nebulosa del cangrejo crece en unas proporciones titánicas y colosales.
Pero tal vez lo más interesante de esta nebulosa, es que allí adentro se está formando una nueva estrella. Una estrella de neutrones, para ser más exactos.
Se cree que esta nueva estrella emite, de manera periódica, intensos campos electromagnéticos y potentes pulsos de radiación. Justamente, es por esto que se le conoce como un «púlsar». Este púlsar se conoce como el «púlsar del cangrejo», y se encuentra en todo el corazón de la nebulosa.
No es una estrella muy grande, pues apenas tiene el tamaño de Fobos, una de las lunas de Marte. Pero eso sí, contiene hasta 1.5 veces más masa que nuestro sol, y está rotando a una velocidad de 30 veces por segundo, aproximadamente.
Todo esto hace que periódicamente, se estén emitiendo chorros de radiación de alta energía en todas direcciones. De hecho, muchos de estos rayos de luz salen en dirección hasta la tierra.
Sin lugar a dudas, la nebulosa del cangrejo es una de tantas e infinitas maravillas que se encuentran en el espacio exterior. Uno de esos fenómenos de los cuales no podemos hacer otra cosa que maravillarnos y sentirnos realmente humildes al apreciar esas cosas grandiosas, fascinantes y estupendas que se encuentran allá afuera.
Mucho más allá de los límites de nuestro pequeño planeta. Inclusive, mucho más allá de los límites de nuestra propia imaginación.
Bueno, mis emprendedores de la felicidad, vamos a dejarlo hasta aquí.
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Como siempre, les ha hablado su amigo y servidor, Andrés Rueda.
¡Les deseo a todos un maravilloso día y hasta la próxima!