Si eres de los que piensa que los animales no tienen capacidad para desarrollar y manifestar sentimientos, pues déjame decirte que estas muy equivocado.
En muchas ocasiones, los animales pueden mostrar tanto amor y compasión, y si no más, que el mismo ser humano.
Las historias que vamos a ver a continuación te probaran el inmenso amor que pueden llegar a demostrar, en algunas circunstancias, los animales. La primera historia que contaremos ocurrió en Australia más exactamente en Mirboo North, el 8 de Febrero de 2009.
Resulta que por esa fecha ocurrió un incendio devastador en aquella zona, un incendio que cobraría la vida de más de 180 personas y que dejaría a múltiples personas y animales con quemaduras graves. Uno de estos animales era un koala llamado Sam.
El animalito fue rescatado por el bombero Dave Tree de entre las llamas. Existe un video en internet en donde se puede apreciar al hombre acercándose al Koala y dándole agua de beber a través de una botella.
El bombero sostiene que es muy extraño acercarse tanto a un koala, por lo que le pidió a su colega Brayden Groen que lo grabara. En el video se puede apreciar como el Koala pone sus paticas encima de la mano de Dave, mientras éste le da de beber de su botella.
El hombre comenta que la experiencia se sintió muy especial, como si el animalito lo mirara de una forma tal, que pareciera que le estuviera diciendo «ven y ayúdame por favor».
Sin embargo, esta historia de amor entre hombre y koala no termina aquí, pues resulta que el animalito fue trasladado a una reserva natural para que se recuperara de sus heridas.
Allí, el Koala Sam, se hizo amiga de Bob, quien también fue rescatado de un incendio en Boolarra, a unos 180 Km de Melbourne, con quemaduras de tercer grado en sus patas.
En este refugio natural, llamado Southern Ash Wildlife, los dos koalas Sam y Bob, resultaron siendo grandes amigos.
Según los testimonios de las personas que trabajaban en le reserva, los animalitos se la pasaban abrazándose todo el tiempo, tal vez como una manera de consolarse y confortarse mutuamente, después de las experiencias traumáticas por las que ambos tuvieron que pasar.
Esta historia es un gran ejemplo de que, cuando dos almas comparten experiencias en común (sobre todo traumáticas) pueden desarrollar una conexión y un vinculo que los mantiene unidos para siempre. Una evidencia más de que el amor puede ser esa fuerza especial que le ayuda a los seres vivos a superar cualquier obstáculo y dificultad, sin importar que tan complicada sea la situación.
La segunda historia que vamos a tratar es entre una paloma y un macaco. Este caso ocurrió en la China Meridional, en una reserva situada en una Isla del Estuario del Rio de las Perlas.
Resulta que en este lugar viven centenares de macacos, esos pequeños simios que salen en muchas películas, como la de Aladino.
En la reserva había una pequeña cría de macaco de 3 meses que, por alguna razón, se encontraba sola y débil. En condiciones normales, el pequeño macaco no hubiera podido sobrevivir debido a las amenazas de los depredadores circundantes, como por ejemplo, las serpientes pitón.
Para suerte el pequeño primate, a la reserva también había llegado una paloma, por las épocas de septiembre del 2007.
Por alguna razón desconocida, la paloma decidió adoptar al pequeño macaco. Pues durante los meses posteriores a su llegada, los dos animales compartieron espacio y deleitaron a todos los visitantes de la reserva.
Esta inusual pareja vivía y se cuidaba mutuamente, dormían y comían juntos y, según los testimonios de la reserva, se llevaban de maravilla, como si de una verdadera familia se tratara. Desafortunadamente, algún tiempo después, los animales fueron puestos en libertad, por lo que nadie sabe si continuaron su relación de amor fuera de las fronteras de la reserva.
La última historia que vamos a ver en el día de hoy ocurrió en Suecia. Resulta que allí vivía un matrimonio, el señor Lars y la señora Roberta, en su casa de campo.
Y en su jardín, vivía una pareja de ardillas. La pareja humana solía dejarle nueces a su contraparte animal.
Todos los días dejaban nueces en la ventana para que la pareja de ardillas se deleitaran y se dieran un festín. Un día, Lars y Roberta se estaban preparando para salir a una reunión, cuando repentinamente, vieron a una de las ardillas golpeando frenéticamente la ventana.
En principio, decidieron no darle mucha importancia, pues pensaron que la ardilla simplemente quería más nueces. Cabe resaltar, no obstante, que esta era la primera vez en que veían a la ardilla golpear la ventana.
Cuando la pareja salió a investigar, se dieron cuenta que una de las ardillas la hembra, se había ahogado en uno de los barriles en donde mantenían el agua.
Fue en ese momento en que comprendieron que el golpeteo frenético de la ardilla era para pedir ayuda.
Aunque intentaron resucitar al animalito por todos los medios, todo fue en vano. Cuenta el Señor Lars que cuando puso a la ardilla ahogada en el suelo, el macho intento desesperadamente revivirla, y chillo en una manera en la que ellos nunca habían escuchado chillar a una ardilla.
La pareja decidió dejar a las ardillas porque necesitaban ir a su reunión. Sin embargo, al volver a casa se dieron cuenta que el macho había movido a su compañera muerta a su pequeña guarida en donde continuaba cubriendo su cuerpo con el suyo.
Aunque esta última historia es bastante triste, quise incluirla porque nos demuestra que, sin lugar a dudas, los animales (por lo menos algunos de ellos) también son capaces de sentir emociones. Emociones como el amor y la tristeza.
Bueno, mis emprendedores de la felicidad, vamos a dejarlo hasta aquí.
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Como siempre, les ha hablado su amigo y servidor, Andrés Rueda.
¡Les deseo a todos un maravilloso día y hasta la próxima!