¿Sabes cuál es uno de los peligros más grandes del dinero, la fama y el poder? La tendencia a volverse desagradecido. Es parte de nuestra naturaleza humana dar las cosas por sentado, creer que el universo está obligado a proveernos. Muchas veces estamos convencidos que las cosas se nos tienen que entregar en una bandeja de oro, como si fuéramos reyes. De algún modo creemos que lo merecemos, Dios nos lo debe.
Ciertamente, es más probable sentirse así, si lo poseemos todo. Es el síndrome del niño rico: todo el dinero del mundo, y aún así, sin felicidad. Obviamente, no estoy diciendo que todas las personas millonarias sean desagradecidas e infelices. En lo absoluto. Simplemente estoy diciendo que entre más tengamos, tenemos más probabilidades de volvernos desagradecidos.
¿Por qué ocurre este fenómeno? Pues porque es fácil olvidar. En términos generales, entre más tengamos, más fácil podemos ignorar y olvidar. En contraste, la carencia nos hace recordar el vacío. En esta situación sentimos y reconocemos la escasez. La ausencia se reconoce, más la presencia se ignora. De esta manera, no apreciaríamos la vida, a menos que existiera la muerte. No apreciaríamos la vista, a menos que fuéramos ciegos. No apreciaríamos la comida, a menos que nos estuviéramos muriendo de hambre.
Por eso, no es de extrañar que muchas veces la gente más pobre sea la más agradecida. Pues saben lo que la pobreza significa. Así que no toman nada por sentado. Irónicamente, entre menos tengamos, más agradecidos nos volveremos (aunque debería ser al revés). Parece existir una relación inversamente proporcional entre las dos variables.
Nunca tomes nada por sentado. Pues todo lo que tenemos, lo podemos perder: salud, dinero, trabajo, amor y amistad. Todo se puede ir en un abrir y cerrar de ojos. Mi abuelo solía decir que en la vida, lo único seguro es la muerte, todo lo demás puede cambiar. Y justamente esa es la razón por la que debemos ser agradecidos.
Es importante comprender que no todo el mundo tiene lo que poseemos. Si puedes caminar, magnífico! Alguna gente no puede. Si tienes un techo sobre tu cabeza, excelente! Muchos tienen que vivir en la calle. Si tienes un trabajo, perfecto! Muchos están desempleados. Si lo pensamos bien, siempre habrá algo por lo cual sentirnos agradecidos.
Quiero que contemples aquellas cosas por las cuales puedes sentirte agradecido. Considera como sería si no las tuvieras. Imagina lo que tendrías que hacer si carecieras de ellas. Haz un repaso mental. Pronto empezarás a darte cuenta de que tienes razones para estar agradecido. Si visualizas tu vida sin las cosas buenas que posees, empezarás a desarrollar un sentido de gratitud.
Debemos ser agradecidos, no solamente porque podemos perderlo todo, sino porque la gratitud es el primer requisito para el éxito. Si quieres triunfar en la vida, debes aprender a ser agradecido. Si deseas que el dinero te llegue, debes ser agradecido. El universo no recompensa a los desagradecidos. ¿Por qué habría de hacerlo ? Si fueras Dios, ¿le darías bendiciones a las personas que no agradecen?, ¿crees que lo merecerían?.
Uno de los primeros requerimientos para ser feliz, es desarrollar el sentido de gratitud. Esto no significa que no puedas ser ambicioso y desear más. Simplemente, significa que debes sentirte con suerte por las cosas buenas que posees, ya que entiendes que la vida te las puede arrebatar en cualquier momento.
Bueno, mis emprendedores de la felicidad,
Reflexionen en esto…
Hasta la próxima!