En el día de hoy vamos a hablar sobre el fascinante ovni de Anolaima. Esta historia es particularmente interesante para mí porque ocurrió muy cerca de mi lugar de residencia: la ciudad de Bogotá. Más exactamente, en el departamento de Cundinamarca.
Verán, toda esta historia comienza un 4 de julio de 1969 a eso de las 7 de la noche. En realidad la historia comienza algunos días antes cuando un pequeño grupo familiar, conformado por la tía Rosita y 9 niños más, entre primos y hermanos deciden irse a pasar vacaciones en una finca en Anolaima, una localidad del ya mencionado departamento de Cundinamarca, Colombia.
La hacienda se llamaba Casa Teja y se encontraba en una vereda llamada Tocarema, situada justo en los límites entre Anolaima y Cachipay.
Esta finca era propiedad del señor Arsecio Bermúdez, quien era primo de la ya mencionada tía Rosita y quien vivía allí junto a su hermana Lucrecia.
Resulta entonces que la familia se había ido allí a pasar vacaciones. Unas vacaciones que nunca olvidarían. Ocurrió entonces que aquel día el 4 de Julio del 69, en horas de la noche los niños más grandes habían salido a jugar en el campo, a eso de las 7 de la noche cuando el ocaso empezaba a oscurecer los alrededores.
Los niños se encontraban inmersos en sus juegos cuando de repente vislumbraron una luz en el horizonte.
Una luz que poco a poco se acercaba a ellos. Al principio los niños no le dieron mucha importancia, pues pensaron que se trataba de un avión, sin embargo uno de los muchachos llamado Mauricio Gnecco narro como poco a poco esta luz los empezó a intrigar mas y mas.
Pues resulta que la luz no emitía sonido alguno lo cual descartaba la posibilidad que se tratara de un avión. En la medida en que la luz se acercaba a los chiquillos, se hacía más y más grande.
Cuando los pequeños se dieron cuenta que aquella cosa que estaban viendo no era un avión, y que encima de todo se estaba acercando lentamente hacia ellos, salieron corriendo y gritando despavoridos en dirección hacia la casa.
Ahora, ten presente que por esos años y en esa región, no había luz eléctrica, lo cual hacia mucho mas terrorífica toda esta situación.
Bueno, continuando con la historia, ocurrió entonces que los pequeños entraron asustados a contarles a los adultos aquello que habían visto. No obstante, no fue necesario hacerlo porque esa luz poco a poco se fue acercando hacia la vivienda hasta el punto en que llego a iluminar con luces de colores azules, verdes y amarillas el interior de la residencia.
Como es de esperar, tanto los adultos como los niños quedaron completamente estupefactos al ver como esa cosa brillante se situaba a unos cuantos metros de altura sobre la finca.
Según el testimonio de una de las mujeres, el objeto era redondo, de más o menos el tamaño de un automóvil y emitía una luz intermitente intensa que cambiaba de color.
Después de unos instantes que parecieron eternos, el objeto comenzó a desplazarse lentamente en dirección hacia una pequeña ladera que se encontraba no muy lejos de la vivienda.
Cuando el objeto empezó a alejarse el señor Arsecio, junto a cuatro de los niños más grandes, decidieron seguirlo hasta la ladera de la montaña.
El pequeño Mauricio narro como Arsecio, posiblemente por ser el adulto y el hombre de la casa, fue quien decidió aproximarse lo más cerca posible al ovni (decisión que más tarde le resultaría muy cara) en la medida que el hombre se acercaba descuidadamente a la extraña bola de luz los aterrados niños observaban con miedo a una distancia prudencial.
El señor Arsecio logro aproximarse a una distancia de más o menos 10 metros de la esfera luminosa, que había descendido hasta situarse casi a nivel del suelo. Durante 4 minutos que parecieron eternos, Arsecio se quedo mirando frente a frente a aquel extraño objeto.
Posteriormente, el hombre contaría que dentro de aquella esfera luminosa se podía apreciar la figura de un hombrecillo muy pequeño.
La cuestión es que después de unos minutos en los que el Ovni y Arsecio estuvieron cara a cara, el primero empezó a elevarse lentamente hasta una altura de aproximadamente 30 metros. Cuando de repente, sin previo aviso, desapareció súbitamente de un chasquido.
Fue como si hubiera hecho un «shup» y se hubiera desvanecido instantáneamente, al mejor estilo de cualquier película de ciencia ficción. Acto seguido, Arsecio y los niños regresaron a la casa en donde narraron lo que habían visto al resto de sus familiares.
Obviamente, y no es para menos esa noche la aterrorizada familia no pudo conciliar el sueño. Esta historia se pone aun mas bizarra porque al día siguiente, el señor Arsecio Bermúdez amaneció enfermo. El hombre clamaba ser víctima de un fuerte escalofrió y resfriado. Además de sufrir síntomas de vómitos y diarrea.
De hecho, según el testimonio de una de las mujeres de la casa, el hombre tosía y escupía sangre cristalizada, como si estuviera completamente congelada. Además, su piel presentaba unas extrañas manchas azules, como si se tratara de hematomas en diferentes partes del cuerpo.
La condición del hombre llego hasta un nivel tan crítico, que tuvo que ser trasladado de urgencia hasta una clínica de Bogotá.
Los doctores que lo atendieron le diagnosticaron un cuadro agudo de Gastroenteritis.
Pero extrañamente, y sin poder entender completamente la razón también descubrieron que la temperatura del señor Bermúdez era inusualmente baja y que también presentaba, como si todo lo anterior no fuera suficiente, problemas con su corazón.
Es preciso anotar que el señor Arsecio, quien por ese entonces tenía la edad de 53 años, gozaba de una salud esplendida. No creas que se trataba de una persona débil y enfermiza.
Por el contrario, este hombre era vigoroso y no tenía problemas graves de salud antes del incidente. Para no hacer la historia más larga, la cosa es que el señor Arsecio termina falleciendo a los pocos días después de haber sido internado.
Este caso ovni resulta particularmente interesante porque, además de los múltiples testigos que lo presenciaron (alrededor de 12 personas en total) es uno de los pocos casos ovnis documentados en los que se puede confirmar la muerte de una persona por la interacción entre ovnis y seres humanos.
La pregunta que todos nos hacemos es ¿Que fue lo que mato al señor Arsecio Bermúdez? ¿Acaso fue la radiación que despedía el objeto luminoso?
La cuestión continua siendo todo un misterio, sin embargo, hay ciertos elementos muy interesantes en esta historia. Los cuales me gustaría compartir con ustedes.
Por ejemplo, no es la primera vez en las que un ovni es responsable de muertes y lesiones graves a seres humanos. Esto me recuerda del incidente del paso Dyatlov en el cual también hubieron una serie de muertes muy extrañas y en condiciones absolutamente bizarras, en las cuales también se vieron esferas luminosas en el lugar de los hechos.
Esferas parecidas al ovni de Anolaima. De hecho, y lo que aun es más sorprendente, se han escrito muchos libros al respecto, libros con títulos tales como «bolas y esferas que matan» y cosas por el estilo.
La cuestión es que no es la primera vez que una de estas esferas luminosas es responsable por el fallecimiento de algunas personas.
Bien sea que estos ovnis maten con intención o no, la cuestión es que si algún día llegas a toparte con estas esferas luminosas lo mejor es que corras por tu vida, pues si no te matan a propósito, te mataran accidentalmente debido a la radiación letal que despiden.
Otra cuestión interesante de este caso es que, de alguna manera, lo sucedido llego a oídos de la fuerza aérea norteamericana.
Pues resulta que agentes de este país pertenecientes a la organización de investigación de fenómenos aéreos (APRO, por sus siglas en ingles) llegaron hasta el lugar de los hechos.
Más concretamente, los agentes John Simón y Elías Wessim. Resulta que estos tipos, estuvieron presentes en sesiones de hipnosis que le realizaron a los niños, que vieron el ovni. Aun mas los hombres preguntaron por el paradero del cuerpo.
Cuando los científicos le pidieron permiso a la familia para investigar el cadáver, estos se negaron rotundamente, posiblemente porque no deseaban que el cuerpo de su familiar fuera desecrado.
Desde luego, esto no se iba a quedar así en efecto, el cuerpo del señor Arsecio Bermúdez fue enterrado en el cementerio central de Bogotá.
Años más tarde, la familia quiso retirar el cuerpo de allí para sepultarlo en otro lugar. Y ¿a que no adivinan qué? !oh sorpresa¡ resulta que el cuerpo no se encontraba en el sepulcro.
Alguien lo había robado. Se especula que los agentes norteamericanos le pagaron a un guardia del cementerio para que les dejara llevarse el cadáver.
Quién sabe, tal vez el cuerpo del señor Arsecio Bermúdez se encuentra actualmente en una cámara frigorífica del área 51, o algún lugar por el estilo.
Bueno vamos a dejarlo hasta acá. ¿Y ustedes que piensan mis emprendedores de la felicidad?
Una vez más !les deseo un maravilloso día y hasta la próxima!