En el día de hoy, vamos a hablar sobre las extrañas maldiciones de los cuadros de los niños llorones. Ciertamente, esta es una historia fascinante mezclada con muchos tintes de leyenda. Una de esas historias que, querámoslo o no, terminan envolviéndonos al mismo tiempo que nos hiela la sangre.
En el mundo hay muchas historias de objetos malditos. Historias que poco a poco iremos contando. En el día de hoy, no obstante, hablaremos de uno de esos terroríficos objetos malditos. Más concretamente un cuadro muy particular o mejor dicho una serie de cuadros de unos niños llorando.
Pero para entender porque estos objetos están malditos, debemos empezar por el principio. La leyenda cuenta que durante la segunda guerra mundial existió un pintor italiano cuyo nombre era Bruno Amadio. Un personaje algo oscuro, pues se decía que simpatizaba con el fascismo de Mussolini y que lucho como soldado en la segunda guerra mundial.
La cuestión es que este artista veneciano, mas tarde se cambiaría su nombre a Giovanni Bragolin, posiblemente como un seudónimo más interesante desde el punto de vista artístico. Se cuenta que después de la segunda guerra mundial, el artista se radico en España en donde se dedico a pintar.
Desafortunadamente para el hombre, nunca llego a ser un artista muy exitoso, excepto por una serie de cuadros, 27 para ser exactos, de unos «niños llorones». Estos cuadros se hicieron famosos porque mostraban imágenes de niños y niñas, de cara y busto, que lloraban desconsoladamente con gestos de tristeza y dolor.
A pesar del poco éxito que tuvo el señor Bragolin como pintor, estos cuadros se vendieron ampliamente durante los años 70 y 80. Se cree que el artista, cansado del poco éxito de sus pinturas, celebro un pacto con el diablo.
Un pacto en donde a cambio de quien sabe qué cosa, el señor de las tinieblas se comprometería a hacer de sus cuadros una obra famosa. Tal vez fue por esta razón que los cuadros de los niños llorones llegaron a gozar de gran popularidad. Pues solamente en el reino unido, más de 50 mil ejemplares fueron vendidos.
Existen otras leyendas obscuras en relación al señor Bragolin. Por ejemplo, hay quienes dicen que se trataba de un pederasta que abusaba sexualmente de niños y después los pintaba llorando.
Otra leyenda cuenta que el hombre en algún momento adopto a un pequeño niño en un orfanato. Un niño que, al igual que el pintor, tenía un oscuro pasado. Pues se dice que el orfanato donde vivía se quemo hasta sus cimientos, matando a todos los menores que allí se encontraban.
Otra versión cuenta que uno de los cuadros del señor Bragolin se encontraba dentro del orfanato y que el espíritu de uno de los niños que murió en el incendio se deposito para siempre dentro del cuadro, maldiciéndolo por toda la eternidad.
Sea como sea, la historia más verídica parece indicar que el señor Bragolin adopto a este niño, que se llamaba Don Bonillo. Aparentemente, el chiquillo había visto morir a sus padres en un incendio que ocurrió en su casa durante la guerra. De ahí que el pequeño haya terminado en un orfanato en donde el pintor después lo adopto y se lo llevo a vivir a España.
De todas formas, parece ser que este chiquillo no era ningún angelito sino todo lo contrario, poseía una faceta bastante mórbida y oscura. Se dice que cualquier lugar que el chiquillo visitaba, terminaba prendiéndose en fuego y calcinándose hasta las cenizas. No se sabe a ciencia cierta si el pequeño diablillo era un pirómano consagrado o si existía algo mas macabro que le rodeaba.
La cosa es que el niño rápidamente se llego a ganar el apodo del «niño diablo» debido a que lugar al que fuera, terminaba por consumirse en llamas. Hasta la misma casa del pintor no se salvo de este incidente. Una historia cuenta que el estudio del señor Bragolin alguna vez prendió en llamas y se quemo.
Como era de esperarse, la historia de este macabro niño termina de manera horrenda. Resulta que Don Bonillo, que recordemos era el nombre del pequeño diablillo termina su vida en un fatídico accidente automovilístico.
Un accidente en donde el coche que conducía se estrello y prendió en llamas y todo se calcino, excepto uno de los cuadros de los niños llorando que se encontraba dentro del vehículo.
Como dije anteriormente, los cuadros de los niños llorones se vendieron masivamente en el Reino Unido. Y es justamente en este lugar, en donde la maldición de los cuadros se popularizo.
Verán, en el año de 1985 ocurrió una catástrofe en la casa de May y Ron Hall, en la localidad de Rotterdam. Sucedió entonces que un gran incendio consumió completamente la residencia, excepto por una pequeña cosa: uno de los cuadros de los malditos niños llorando el cual quedo prácticamente intacto.
La maldición de los cuadros de los niños llorando se hizo rápidamente popular por que en los incendios que ocurrían, los únicos objetos que no se quemaban eran los dichosos cuadros. De hecho, esto era muy conocido entre los bomberos. Pues ellos eran los que tenían que atender todos estos casos.
Según el testimonio de uno de estos bomberos, el hombre conto que atendió por lo menos 15 incendios en donde los únicos objetos que no se quemaban eran los cuadros. Fue por esta razón que los bomberos rápidamente le dieron el apelativo de cuadros malditos. Y obviamente, ninguno de ellos estaba dispuesto a colgar uno de estos objetos en su propia hogar.
Además de los ya mencionados incendios, también se reportaron otros casos extraños. Por ejemplo una mujer en Surrey perdió su casa en un incendio 6 meses después de haber comprado una de estas pinturas.
Dos hermanas en Kilburn tuvieron incendios en sus hogares después de haber comprado una copia de las pinturas. De hecho, una de las hermanas reporto que, al momento del incendio, el cuadro de balanceaba hacia adelante y hacia atrás en la pared.
Una mujer en la isla de Wyght intento quemar su pintura sin éxito. Y después contó que sufrió una racha de mala suerte que la persiguió incesantemente.
Otro hombre de Nottingham que poseía una pintura también perdió su hogar, y su familia resulto con lesiones de consideración. Hasta una pizzería en Norfolk fue destruida completamente excepto por uno de estos cuadros de los niños llorones.
Como anécdota curiosa, después de que la fama de estos cuadros malditos se esparciera por todo el reino unido, el periódico The sun ofreció una terrorífica solución al problema.
Resulta que en hallowen de 1985, cientos de pinturas fueron recolectadas por el medio de comunicación y fueron quemadas colectivamente bajo la supervisión de la brigada de bomberos.
Aparentemente, en este caso la quema fue exitosa. No se puede decir los mismo de las otras centenas de casos en los cuales se ha quemado absolutamente todo, excepto los malditos cuadros de los niños llorones.
Por cierto, existe un video en Youtube en donde Steve Punt intenta quemar uno de estos cuadros sin tener éxito alguno. En el video se ve como el cuadro parece ser resistente al fuego, se alcanza a chamuscar en una de las esquinas pero el fuego nunca logra prender realmente todo el cuadro. https://youtu.be/AyRL-yIIVH0
Por el contrario, con el paso del tiempo, la llama se hace mas y mas pequeña hasta extinguirse, como si una fuerza maligna e invisible se encargara de socavar las llamas. Si quieren ver este video, les dejo el enlace para que lo puedan ver por ustedes mismos.
Muchas son las historias espeluznantes que rodean a esos cuadros. Algunas personas aseguraban que cuando se descolgaban de la pared, inexplicablemente detrás de ellos aparecían gusanos. otros dicen que si uno de los cuadros se gira a 90 grados a la derecha, es posible ver a una figura monstruosa que parece querer devorar al pequeño niño.
Además de muchos otros efectos paranormales, muchos son los que aseguran que los cuadros traen muy mala suerte a quienes los compran y los utilizan para decorar sus viviendas.
Infortunios que pueden ir desde enfermedades y ruina económica hasta la muerte de seres queridos. Eso sin contar obviamente, los ya mencionados y aterradores incendios. Para finalizar, y como cereza del pastel, existe el rumor que si una persona invierte los cuadros en la mitad de la noche, puede realizar un pacto con el mismísimo Satanás.
La pregunta es mis queridos emprendedores de la felicidad ¿Se atreverían a colgar uno de estos cuadros en su propia casa?
Bueno, mis emprendedores de la felicidad, vamos a dejarlo hasta aquí.
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Como siempre, les ha hablado su amigo y servidor, Andrés Rueda.
¡Les deseo a todos un maravilloso día y hasta la próxima!