Sabemos que el universo tuvo su origen en el Big Bang, hace unos 14 billones de años, aproximadamente.
Y desde entonces, ha ido evolucionando hasta crear sistemas planetarios complejos, con soles y planetas que orbitan a su alrededor.
Planetas en los cuales podemos vivir cómodamente, como el nuestro. Sin embargo, así como conocemos el inicio del cosmos, también es interesante preguntarnos por su final. ¿cuál será el destino final del universo? ¿Qué pasará en el futuro con todo lo que vemos?
La realidad es que, gústenos o no, el universo irremediablemente morirá. De hecho, ya está empezando a agonizar ¿Cómo saben los científicos que el universo está muriendo?
Pues veamos, empecemos por el principio. Como ya lo mencioné, el universo comenzó a existir hace unos 14 billones de años atrás, aproximadamente.
Para ser más exactos, hace unos 13.8 billones de años. Resulta que, en un punto inimaginablemente pequeño, el universo se expandió repentinamente hasta formar todo lo que vemos. Ahora bien, es preciso aclarar que por “universo” me refiero a toda la materia y energía que podemos mensurar con nuestros instrumentos científicos.
El universo es un sistema dinámico que ha estado en constante evolución desde el momento de su nacimiento, y que continuará evolucionando en el futuro. Evidentemente, este proceso de cambio es increíblemente lento.
El universo se encuentra en una constante expansión. Una que empezó desde el mismo momento en que nació. Esta expansión diluye todo lo que se cruza por su camino. Y por esta razón, en la medida en la que el tiempo avanza, es mucho menos probable que se vayan a formar nuevas estrellas.
Estrellas como nuestro sol, que son las sustentadoras de vida. De hecho, el pico de creación de estrellas ocurrió hace 10 billones de años, aproximadamente. A partir de ese punto, los motores de la creación se apagaron, por así decirlo.
Si bien es cierto que en la actualidad se siguen creando, y se seguirán creando, estrellas. La cuestión es que la era dorada de la creación de estos astros ya pasó, y la tasa de nacimientos irá disminuyendo gradualmente con el tiempo.
Hasta que, en algún momento, ya no se crearán nuevas estrellas. Todos sabemos que las estrellas nacen y mueren, como todo en la vida.
Y cuando una estrella alcanza el final de sus días, se infla como un globo gigantesco y luego colapsa sobre sí misma. Algunas estrellas estallan en una espectacular explosión, conocida como supernova.
Afortunadamente, o desafortunadamente, según el punto de vista en que quieran observarlo, nuestro sol no estallará en una supernova al final de sus días, pues es demasiado pequeño. Solamente las estrellas más masivas explotan en espectaculares supernovas, liberando una cantidad inimaginable de energía.
Entonces, recapitulando un poco, y volviendo a nuestra pregunta original, ¿cuál será el destino final del universo? Ya tenemos una parte de la respuesta: las estrellas de todo el universo irán muriendo, poco a poco, e irremediablemente.
Adicionalmente, existe una cosa en el cosmos que se llama “energía oscura”. Esta energía hace que el universo se expanda cada vez más rápido, con una aceleración vertiginosa. De hecho, la aceleración es tan rápida, que incluso supera la velocidad de la luz.
Yo sé que en este punto alguien podría argumentar que nada en el universo es más rápido que la velocidad de la luz. Pero, los científicos sostienen que esto no es del todo cierto, y que la expansión del universo es, de hecho, más rápida que la velocidad de la luz.
Esta expansión hará que las galaxias cada vez se aparten más unas de otras. Así, en un futuro lejano, nuestra galaxia, la Vía Láctea, estará completamente sola en la inmensidad del espacio, flotando en un vacío negro y oscuro, y cada vez más lejos de las galaxias circundantes.
En este futuro apocalíptico, la única galaxia que veremos es Andrómeda. Pues ésta, está prácticamente pegada a nuestra Vía Láctea.
De hecho, algún día las dos galaxias colisionarán y se fusionarán en una sola. Si al principio el universo era calor y luz, en el futuro será frío y oscuridad.
Pero, ¿es ese el destino final del universo? ¿Un universo de estrellas agonizantes y cada vez más vacío? Muy probablemente, así sea. Para la comunidad científica, existen cuatro posibles finales para el universo: el gran congelamiento, el gran aplastamiento, el gran cambio y el gran desgarramiento.
A continuación, repasaremos cada uno de estos escenarios, y veremos cuál de ellos es el más probable. En el “gran congelamiento”, en la medida en la que el cosmos se expanda, llegará un punto en donde no existan diferencias de temperatura. Al no existir estas diferencias de temperatura, ineludiblemente, toda la materia morirá.
Y al seguir avanzando la expansión, la materia en descomposición se congelará alrededor del cero absoluto. Al final, sólo quedará un caldo de partículas y radiación, flotando en un universo congelado. Pero, ¿significa esto que el universo se expandirá indefinidamente hasta que se congele? No necesariamente.
La física cuántica postula también “el gran cambio”. En este escenario, toda la materia cambia súbitamente a una nueva composición química.
De modo que, todas las partículas elementales, como los electrones y los quarks, tendrán propiedades totalmente distintas a las que poseen actualmente.
El resultado de esto es que, toda la materia conocida, como los planetas y las estrellas, serán completamente destruidas. En el “gran aplastamiento”, por su parte, el universo no se expandirá infinitamente hasta congelarse.
Por el contrario, se expandirá hasta cierto punto, y luego, comenzará a contraerse hasta que toda la materia y energía se compacte en un punto infinitamente pequeño.
Esto vendría siendo como un Big Bang a la inversa. Debido a que el universo se contraerá todo en un minúsculo espacio, de ahí su nombre, el “gran aplastamiento”.
El “gran aplastamiento” puede acelerarse por la existencia de la “energía oscura”, que ya mencionamos anteriormente, y los efectos del “gran cambio”. La combinación de ambas cosas puede hacer que, el cosmos, en lugar de expandirse infinitamente, termine colapsando sobre sí mismo en este “gran aplastamiento”.
En el último escenario, el del “gran desgarramiento”, la “energía oscura” acelerará la expansión del universo a un nivel tan alto, que éste terminará desgarrándose sobre sí mismo.
Según esta teoría, en algún momento la “energía oscura” se volverá tan densa, que terminará despedazando todo lo que existe en el universo.
En este contexto, la tierra será arrancada del sistema solar y explotará inexorablemente. Y lo mismo le pasará al resto del cosmos. No obstante, el escenario de destrucción más probable, según la comunidad científica, es que el universo primero sufrirá un “gran congelamiento”, seguido de un “gran cambio”, para terminar en un “gran aplastamiento”.
Ciertamente, sea cual sea el destino final que le aguarde al universo, no será muy bonito y pintoresco que digamos. ¿Deberíamos preocuparnos por la horrenda muerte del universo?
En lo absoluto. La verdad es que, según los científicos, estos sucesos ocurrirán dentro de cientos de trillones de años en el futuro.
Obsérvese que dije “trillones”, como en miles de billones. Para ese entonces, probablemente ya nos hayamos extinguido. Una amenaza más cercana, de hecho, es cuando el sol llegue al final de sus días. Si bien no explotará en una supernova, eso no quiere decir que no pueda aniquilarnos.
Cuando el sol empiece a inflarse en una gigante roja, avasallará con Mercurio, Venus y, desafortunadamente, la tierra. De todas formas, este suceso no acontecerá sino hasta dentro de 5 billones de años. Tiempo para el cual también, muy probablemente, ya nos hayamos extinguido como civilización.
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Como siempre, les ha hablado su amigo y servidor, Andrés Rueda. ¡Les deseo a todos un maravilloso día y hasta la próxima!