En el día de hoy vamos a hablar sobre la maldición del martes 13. Mucho se ha dicho y comentado en relación a esta nefasta fecha. Pero, la pregunta es ¿de dónde surge esta maldición? ¿Porque esta fecha en particular tiene tan mala reputación?
Para entenderlo, necesitamos remontarnos al pasado y estudiar un poco la historia, porque no creas que esto es un invento moderno. En lo absoluto, la maldición del martes 13 data de siglos, sino milenios, atrás.
Antes de entrar de lleno en la historia, es importante que notemos lo siguiente: la maldición de la fecha tiene dos componentes, el día martes (que en algunas culturas es el viernes) y el número 13. Así que será necesario analizar las razones históricas que le han otorgado a ambos elementos su mala fama.
Tal vez los tiempos más antiguos en los que ya se consideraba maldita a esta fecha, se remontan a las épocas de los griegos y los romanos.
Para estas culturas, el martes era un día de mala suerte, pues resulta que este día estaba dedicado al Dios de la guerra Ares y al planeta rojo Marte, el planeta de la sangre y la violencia.
Es por esta razón que de ahí se deriva el nombre de «martes». No es de extrañar entonces que este día represente cosas malas, pues no se puede esperar nada positivo de un día dedicado a la guerra, el odio y el derramamiento de sangre.
Asimismo, se cree que en este día nació Tifón, una divinidad griega que decidió enfrentarse a Zeus después de que éste hubiese vencido y eliminado a los titanes.
La fecha también es maldita en la cultura judeo-cristiana. Por ejemplo, en la biblia se narra que en la última cena había 12 apóstoles más Jesucristo. Pero resulta que la persona que se considera la número 13 de esta cena, era, nada más ni nada menos, que el infame Judas Iscariote, el gran traidor.
También hay quienes piensan que en el día 13 ocurrió la crucifixión. Por otro lado, existen registros que mencionan que los judíos blasfemaron 13 veces contra Dios durante el éxodo de Egipto y que el salmo número 13 tiene relación con la maldad y la corrupción.
Igualmente, la circuncisión de Israel ocurrió en el treceavo año y es en el treceavo libro del Apocalipsis en el que el anticristo aparece. Otras fuentes interesantes aseguran que la confusión de las lenguas en la torre de babel (del cual ya hicimos un video) ocurrió un martes 13.
Por si todo esto fuera poco, la caída del imperio romano ocurrió un martes 13 de Abril de 1204, cuando Constantinopla cayó en la cuarta cruzada.
Aún más, fue un 13 de octubre de 1307 cuando más de 100 caballeros templarios fueron arrestados, juzgados y asesinados por Felipe IV, con el consentimiento del Papa Clemente V.
Cuenta la leyenda, que justo antes de morir ejecutados, los templarios maldijeron el día y lanzaron una amenaza de muerte sobre sus verdugos. Anecdóticamente, un año después tanto el rey como el Papa morirían.
Sin embargo, la maldición del martes 13 también va más allá de la biblia y el cristianismo. En la cultura nórdica, el 13 es también un número maldito, pues resulta que Loki (así es amigos, el famoso personaje de las series de marvel) era el invitado número 13 de una cena catastrófica de dioses en el Valhalla.
La cábala judía, por su parte, hace referencia a los 13 espíritus del mal y en el zoroastrismo, los antiguos persas, quienes dividían la historia en segmentos de 3000 años, creían que en el comienzo del año 13000 habría caos debido a que la maldad entraría en una gran batalla contra el bien.
Las referencias al número 13, como cifra de mal agüero, no terminan aquí. Tradicionalmente, existían 13 escalones hacia la horca, 12 para arriba y uno para abajo (¿adivina cual era el que iba para abajo?).
Igualmente, una asamblea de brujas tradicional (o vampiros en algunas narraciones), cuenta con exactamente 13 miembros.
Ahora bien, recordemos que en muchas culturas (como por ejemplo el cristianismo, el judaísmo y el islam) la mujer siempre ha tenido un halito de maldición, pues según las creencias de estas religiones, fue Eva quien primero cayó en la tentación de Satanás.
Cuando Dios expulsa a la pareja del paraíso, el todopoderoso se dirige a la mujer y le dice, parafraseando, «de ahora en adelante, parirás con dolor».
Debido a esto, muchos han asociado al número 13 como maldito, debido a que la mujer tiene generalmente 13 ciclos menstruales al año (basados en ciclos de 28 días). En el Tarot, el susodicho número también es de mal agüero, pues la carta número 13 es la que simboliza la muerte.
Pero las cosas no terminan acá, se dice que quienes tienen 13 letras en su nombre están malditos. Obviamente esto puede parecer tonto.
Sin embargo, cuando consideramos que los nombres de muchos de los peores asesinos seriales de la historia, como Charles Manson, Jeffrey Dahmer, Theodore Bundi y Albert de Salvo, tienen todos exactamente 13 letras, el argumento se vuelve más convincente.
¿Sabías, por ejemplo, que el nombre de bautismo de Hitler era Adolfus Hitler? Como era de esperar, tiene exactamente 13 letras. La ciencia también tiene su propia teoría del porqué de la maldición del número 13.
En las matemáticas, y también en muchas religiones, siempre se ha considerado al número 12 como un número perfecto (tenemos 12 meses al año, el día se compone de dos periodos de 12 horas, 12 son los signos del zodiaco, 12 eran las tribus de Israel, 12 eran los discípulos de Jesucristo, etc.). Por lo que se piensa que tratar de mejorar un número perfecto añadiéndole un digito, es ciertamente una muy mala idea.
Hasta los deportes no se salvan de la maldición del número 13. Dan Marino, quien es considerado uno de los mejores quarterback de la historia, nunca gano un Super Bowl.
Lo mismo le paso a Steve Nash, considerado uno de los mejores basquetbolistas de la historia de la NBA, quien tampoco pudo ganar un campeonato.
¿Que tenían estas dos leyendas del deporte en común? Lo haz adivinado: ambos utilizaban una camiseta con el número 13 a sus espaldas. En el ámbito tecnológico, recordemos que la misma misión del Apolo 13 estuvo plagada de infortunios y desgracias, cuando la explosión en uno de los tanques de oxigeno, obligo a la tripulación a orbitar la luna y regresar a la tierra, sin poder aterrizar nunca en nuestro satélite.
Con todo esta lista de desgracias, no es de sorprender que muchos edificios altos omitan el piso número 13 (más del 80 % de los edificios altos en EEUU no tienen un piso 13).
Lo mismo se puede decir de algunos aviones, quienes omiten la fila de asientos número 13. Muchos hospitales, hoteles y aeropuertos, hacen lo mismo, omitiendo marcar puertas con el número 13.
Incluso grandes marcas, como Renault y Microsoft, no lo utilizan en la secuencia de sus productos. Personalmente, yo trato de evitar el número 13 como la plaga (y también el martes y el viernes 13). Y ustedes mis emprendedores de la felicidad, ¿creen en la maldición del número 13?
Bueno, mis emprendedores de la felicidad, vamos a dejarlo hasta aquí.
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Como siempre, les ha hablado su amigo y servidor, Andrés Rueda.
¡Les deseo a todos un maravilloso día y hasta la próxima!