Hoy trataremos un tema bastante controversial.
La sabiduría popular establece una premisa básica: Existen tres cosas que no se deben discutir – política, religión y equipos de fútbol.
Cuando las personas deliberan estos temas, demasiado personales, terminan enfrascándose en discusiones sin sentido.
La gente es muy sensible en relación al tema religioso. Tal vez porque les da miedo que sus creencias más fuertes sean desafiadas. Nociones sobre las cuales basan su fe y esperanza.
No es mi intención criticar las creencias religiosas de nadie.
Simplemente, daré mi opinión personal sobre esta cuestión, porque pienso que es importante.
¿Existe una religión verdadera?
La respuesta sencilla es: sí y no.
Me explico:
El debate entre ateos y creyentes es malsano e improductivo. Esto es debido a que gira en torno a extremos.
Los creyentes (sobre todo los más fanáticos) toman una posición muy radical: “Mi religión es la única verdadera. Todas las demás son falsas”.
Los científicos, por su parte, toman una posición igualmente radical: “Las religiones son todas falsas. Son el opio del pueblo”.
Para ser justos, ambas posturas están equivocadas.
La verdad reside en un punto intermedio:
“Todas las religiones son falsas y todas las religiones son verdaderas”
A primera vista, esto puede parecer extraño. Pero, si lo pensamos bien, no lo es.
Para comprender esta afirmación, primero debemos analizar las dos posturas radicales en este debate. Es decir, la postura de los creyentes y la postura de los científicos.
Empecemos con la postura del fanatismo religioso.
Cuando Marx decía: “la religión es el opio de las masas”, había algo de verdad en esta afirmación.
La religión es, y siempre ha sido, un instrumento de control.
El problema con la religión es el siguiente:
Está prohibido pensar y cuestionar. Debido a que es la “palabra de Dios”, nadie puede discutir, ni poner en tela de juicio, su veracidad.
Esta noción es extremadamente peligrosa. Pues bajo esta premisa, cualquier estupidez podría ser verídica. Ya que Dios así lo ha ordenado.
Si tomamos en serio esta idea, ¡estamos mal desde el comienzo!
La religión ha sido el método de control más efectivo y peligroso de la historia:
“Dios ha dicho y ordenado esto. Por lo tanto, no se puede contradecir. No se puede cuestionar. ¿Quién puede llevarle la contraria al todopoderoso? Hacerlo sería una completa herejía”.
Cualquiera lleva las de perder con un argumento así. Nada está abierto al debate. Nada se puede criticar. Nada se puede cuestionar.
Esta posición resulta bastante ventajosa para los líderes religiosos. Un mecanismo para mantener a la gente en completa esclavitud, tanto mental como espiritual.
Aunque resulte difícil de creer, Dios nunca se ha manifestado, abiertamente, ante la humanidad.
Dios nunca se ha aparecido, en persona, ante 8 billones de almas para dictar mandamientos y proporcionar leyes.
Eso jamás ha pasado y jamás pasará.
Las religiones tienen una característica común:
Dios se le apareció a un fulano, o a un grupo de fulanos, para proporcionarles mandamientos y preceptos.
Nunca nadie fue testigo de esta aparición. Excepto, obviamente, el fulano, o los fulanos, en cuestión.
¡Qué conveniente!
Resulta muy sospechoso que, justo a estos fulanos, y solamente a ellos, Dios se les haya aparecido.
Muchas religiones se han creado de esta manera. Con supuestas apariciones y supuestos mandamientos de Dios.
La única prueba que tenemos es el testimonio de estos individuos. Esto nos pone en una posición bastante difícil, pues debemos confiar ciegamente en su palabra.
Debemos tener fe que Dios, en efecto, se les apareció y les proporcionó tales mandamientos.
Cualquier persona que utilice esta técnica podría crear una religión.
Sólo basta decir que Dios se ha aparecido y ha proporcionado “X” o “Y” mandamiento. Después es cuestión de tiempo. Sólo hay que esperar que algunos incautos caigan, para tener pleno control sobre ellos.
Con esta técnica, cualquiera puede convencer a cualquiera, de cualquier cosa.
El método ha sido utilizado inescrupulosamente, y desde los tiempos más antiguos, por infinidad de líderes religiosos. Ha sido uno de los engaños más peligrosos y ruines del ser humano.
Ahora bien,
¿Significa esto que las religiones están erradas? ¿Significa que todas están corruptas? No necesariamente.
Hay que entender lo siguiente:
El extremismo es una de las peores actitudes, y posturas, del hombre.
El extremismo, como su nombre lo indica, es la tendencia de irse a los extremos. Es la predisposición a generalizar de manera incorrecta.
Por ejemplo:
Un hombre tiene una mala experiencia con una mujer. O, una mujer con un hombre.
El extremista entonces concluye: “todas las mujeres son malas”, o, “todos los hombres son malos”.
Otro ejemplo:
Un político se roba el dinero de la municipalidad.
El extremista concluye: “todos los políticos son corruptos”.
El extremismo ocurre en todos los ámbitos de la vida. Y, evidentemente, la religión no es la excepción.
Aunque siempre han existido líderes religiosos inescrupulosos y malintencionados, no todos ellos cumplen esta condición.
Hay líderes religiosos honestos, que se preocupan por la verdad y el bienestar de las personas.
Desde luego, la honestidad de los líderes religiosos no prueba la veracidad de sus religiones.
Existe una diferencia entre «lo honesto» y «lo verdadero». Ser honesto no implica poseer la verdad.
Las religiones más populares fueron creadas hace miles de años, por personas que vivían en civilizaciones con conocimientos y culturas muy diferentes a la nuestra.
Sin duda, muchos de estos individuos tenían buenas intenciones. Estaban interesados en conocer a Dios y sus propósitos.
No obstante, a pesar de su honestidad, la veracidad de sus religiones es otra cuestión.
Es preciso entender el «proceso de creación de religiones».
Formulo la siguiente pregunta:
Si Dios existe, ¿Quién debe tomar la iniciativa para establecer una comunicación? ¿Dios o nosotros?
¿Quién debe buscar a quién? ¿Dios a nosotros?, o, ¿nosotros a Dios?
Somos nosotros quienes debemos buscar a Dios. No al contrario.
¿Por qué querría Dios comunicarse con seres que no desean comunicarse con él?
Dios, simplemente, está ahí. El que lo quiera buscar, lo encuentra.
El proceso de comunicación entre Dios y los hombres comienza en el momento en que decidimos buscarlo.
En épocas antiguas, el hombre miró a los cielos y se fascinó con el sol, la luna y las estrellas.
La fascinación lo llevó a creer en dioses y seres superiores. Dioses que habitaban los cielos. Dioses que nos creaban y cuidaban.
Fue así que el humano inventó la religión.
“La religión es un invento humano para intentar explicar la existencia de Dios”
Pero he aquí lo interesante:
Aunque las religiones han sido creadas por humanos, Dios las ha utilizado para comunicarse con nosotros.
Esto es muy importante, así que lo repetiré:
“Aunque las religiones han sido creadas por humanos, Dios las ha utilizado para comunicarse con nosotros”
En efecto, cuando decidimos buscar a Dios, él nos contesta.
Piénsalo bien:
Si Dios quiere enviarnos un mensaje, es apenas lógico que lo haga a través de las religiones. Estas constituyen el mecanismo más apropiado para tal propósito.
Las religiones han sido escritas por humanos. Pero, al mismo tiempo, Dios las ha utilizado para enviarnos mensajes.
En otras palabras:
“Las religiones han sido creadas por el ser humano. Debido a su elemento humano, están plagadas de errores e inconsistencias. No obstante, Dios ha utilizado las religiones para enviarnos mensajes sobre su existencia, sus planes y sus propósitos”.
Éste es el verdadero significado de «inspiración divina».
Muchos creen que la «inspiración divina» ocurre cuando Dios se le aparece, literalmente, a una persona y le dicta, letra a letra, sus mandamientos.
Esta concepción es errada. El proceso de «inspiración divina» no funciona de esta manera.
El proceso funciona como lo mencionamos:
El ser humano inventa una religión y Dios lo inspira. Es decir, Dios aprovecha la religión inventada para poner «joyas de verdad» en sus dogmas y creencias.
La «inspiración divina» no implica que la totalidad de las enseñanzas vengan de Dios. Las religiones están plagadas de errores, e inconsistencias, porque existe un componente humano.
Si este proceso es correcto, se puede entender por qué las religiones son, al mismo tiempo, verdaderas y falsas.
Verdaderas por la «inspiración divina», y falsas por el elemento humano.
A pesar de su humanidad, las religiones contribuyen con enseñanzas valiosas. Todas aportan su granito de arena.
Si deseas buscar la verdad sobre Dios, y sus propósitos, debes hacerlo en todas las religiones. Sin discriminar ninguna.
Al mismo tiempo, tampoco debes creer al 100% en ninguna religión. Puesto que, al poseer un elemento humano, están llenas de falacias, fallos y desaciertos.
Considera lo siguiente:
Si hubieras nacido en India, serías hinduista.
Si hubieras nacido en China, serías budista.
Si hubieras nacido en el medio oriente, serías musulmán.
Y si naciste en América, probablemente seas cristiano.
Tus creencias están influenciadas por la religión predominante en tu lugar de nacimiento.
Por otro lado,
Si Dios desea retribuir a quienes intentan comunicarse con él, ¿por qué habría de discriminar una religión de otra?
Si los hinduistas quisieron comunicarse con Dios, ¿por qué habría de rechazarlos?
Si los budistas quisieron hacer lo mismo, ¿acaso Dios se habría rehusado?
Si los cristianos buscaron a Dios, ¿él los negaría?
Si los musulmanes también lo buscan, ¿podría Dios refutarlos y negarlos?
¡Por supuesto que no!
Todas las religiones son bienvenidas. Hay «joyas de verdad», o «verdades esenciales», dentro de todos los dogmas religiosos.
Ahora bien,
Una vez analizado el tema religioso, enfoquemos nuestra atención en la posición de los científicos.
Los hombres de ciencia piensan que, de existir una religión verdadera (dictada, literalmente, por Dios), no deben existir inconsistencias en sus postulados.
Debido a que las religiones están llenas de fallos y errores, entonces concluyen que no hay nada de verdad en ellas. La «inspiración divina» es un cuento chino. Una fábula inventada por los creyentes.
Los científicos consideran que una religión debe ser 100% verdadera o 100% falsa. Esto es un error. Es extremismo radical en estado puro.
El hecho de que ninguna religión sea 100% verdadera, no la demerita. No significa que no posea verdad y sabiduría.
A pesar de las inconsistencias, Dios ha transmitido (a veces de manera camuflada) mensajes valiosos en sus dogmas.
En definitiva,
Muchas personas creen que sólo hay una religión verdadera. Otras piensan que las religiones no tienen ningún valor, debido a sus fallos e inconsistencias. Es decir, al elemento humano.
La moraleja de la historia es: ¡no hay que ser extremistas!
Dios ha dejado un mensaje valioso en todas las religiones. Lo único que debemos hacer es buscar esas «perlas de sabiduría».
En futuros artículos, analizaremos esta temática con mayor profundidad.
Buscaremos esas «perlas de sabiduría», o «joyas de la verdad», escondidas en todas las religiones. Descubriremos el maravilloso plan cósmico que Dios ha transmitido a través de cada dogma religioso.
Bueno, mis emprendedores de la felicidad, vamos a dejarlo hasta aquí.
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Como siempre, les ha hablado su amigo y servidor, Andrés Rueda.
¡Les deseo a todos un maravilloso día y hasta la próxima!