¿Sabes realmente quién eres?. ¿Sabes realmente lo que necesitas para ser feliz?. Todas éstas son preguntas elementales que debemos hacernos. A pesar de lo fundamentales que son, no son sencillas de responder. Se nos puede ir toda la vida, y todavía, no tener respuestas claras al respecto.
Además que estas preguntas no son fáciles de responder, también pueden ser engañosas. Los chinos tienen un dicho: «ten cuidado con lo que deseas». En relación a estos interrogantes, no podían estar más en lo correcto. Pues existe una razón muy simple para la sabiduría de esta afirmación: podemos desear las cosas erróneas. Podemos pasarnos toda nuestra vida ladrándole al árbol equivocado, persiguiendo sueños vacíos.
¿Puedes imaginarte algo más frustrante que luchar por un sueño incapaz de proveerte de felicidad verdadera? Paradójicamente, solemos pensar que si es nuestro sueño, entonces nada malo debe haber con él. Los sueños son sueños, ¿correcto? Si son nuestros sueños, no pueden equivocarse, ¿o sí?.
Para contestar este interrogante, primero debemos preguntarnos cómo se crean nuestros sueños. ¿Qué hace que algo se convierta en un sueño? Y tal vez más importante, ¿cómo sabemos si nuestros sueños tienen la capacidad real de hacernos felices? Ciertamente, no avanzaremos mucho a menos que podamos darles unas respuestas concretas a dichas preguntas.
El problema con los sueños es que, la mayor parte del tiempo, nos los han fabricado y vendido. En esta era moderna en la que vivimos, nos bombardean frecuentemente con información y publicidad de todo tipo. No nos olvidemos que vivimos en la era de la televisión y de Hollywood. No nos olvidemos que vivimos en un mundo de capitalismo salvaje, en donde todos quieren vendernos un sueño.
Usualmente, tenemos sueños que creemos nos harán felices, más no solemos fabricarlos sobre bases científicas sólidas. Nunca los creamos con información acerca de nuestra propia alma. Tenemos sueños porque parecen excitantes y bonitos, no porque se hayan creado a partir de un conocimiento profundo de nuestro yo. A esto es a lo que los chinos se refieren con «tener cuidado con lo que se desea», puesto que lo que deseamos puede sorprendernos, y no necesariamente de maneras positivas.
Para superar este dilema y evitar ser engañados por nuestros propios sueños, primero debemos obtener conocimiento genuino de nosotros mismos. Debemos saber quiénes somos y qué necesitamos para ser felices. Debemos comprender la verdadera naturaleza de nuestra alma, las características intrínsecas de nuestra personalidad. Aquí es donde todo comienza, a partir del estudio y conocimiento de nuestra propia persona.
Una vez sepamos quiénes somos, podemos establecer qué necesitamos para ser felices. Podemos empezar a evaluar la validez de nuestros sueños. Podemos ponerlos a prueba y observar su capacidad real de proporcionarnos alegría y satisfacción. Éste será el primer paso para establecer sueños con el potencial real de brindarnos felicidad.
Posiblemente, ésta sea una de las razones más importantes para descubrir quiénes somos. Y de esta manera, permanecer auténticos con nosotros mismos. Es tiempo que empecemos a trabajar en pro de nuestras propias necesidades. Es tiempo para establecer un balance y una armonía en nuestra vida. Es tiempo para que nuestros sueños sean realmente nuestros, y no una fantasía fabricada por alguien más.
Uno de los mejores consejos que puedo darles, es que descubran realmente quiénes son, y qué permanezcan auténticos a ustedes mismos. Escuchen y respeten las necesidades y demandas que provienen de su interior. Ésta es la clave para establecer metas sólidas, la fundación sobre la cual deben construir sus sueños.
Nunca se olviden de quiénes son, y nunca persigan sueños que no estén en armonía con sus verdaderas necesidades. Hacerlo será como perseguir elefantes en el aire, sólo obtendrán desilusión.
Así que ya lo saben, mis emprendedores de la felicidad,
Descubran cuáles son sus verdaderos sueños.
Hasta la próxima!