En el día de hoy vamos hablar sobre los reptilianos. ¿Quiénes son estos famosos personajes que tanto se mencionan en el mundo conspirativo?
Si no estás familiarizado con la teoría de los reptilianos, entonces sígueme en esta historia para que te enteres:
La teoría fue popularizada por David Icke en 1999, cuando publicó el libro «The biggest secret», que traducido al español significa: «El secreto más grande»
En este libro, Icke afirma categóricamente que los humanos están gobernados por una raza alienígena de origen reptiliano.
Unos extraterrestres que, desde los tiempos más remotos, nos crearon por hibridación genética y se convirtieron en los dioses de la antigüedad.
¿Te parece que suena loca esta teoría? ¡Indudablemente! ¡No podemos negar que parece totalmente tirada de los cabellos!
Sin embargo, no se puede criticar algo sin tener conocimiento de causa. A cualquier idea, por loca que parezca, siempre hay que darle el beneficio de la duda.
Así pues, ¿en qué se basa el señor David Icke para sostener su hipótesis?
Quédense conmigo y lo iremos desglosando, poco a poco, en este relato:
Antes de empezar, no obstante, es justo mencionar que David Icke no fue el primero en plantear esta idea.
En efecto, Helena Blavatsky, en su libro «la doctrina secreta», hace referencia a los «Annunaki». Una raza de reptiles que se ha infiltrado en los asuntos de la humanidad hasta el día de hoy.
Según Madame Blavatsky, estos «hombres dragón» influenciaron a muchas culturas de la antigüedad, como la civilización de Lemuria y la Atlántida.
Igualmente, en el año de 1929, un «hombre serpiente» hacía su aparición en la novela «The shadow kingdom», de Robert E. Howard. El mismo autor que escribió la serie de «Conan el bárbaro».
En esta novela, el «hombre serpiente» era descrito como un humanoide con cuerpo humano y cabeza de serpiente, que vivía bajo tierra y que poseía habilidades para controlar la mente.
Evidentemente, el personaje utilizaba sus poderes de control mental para infiltrarse dentro de la humanidad.
Asimismo, en 1940, Maurice Doreal escribió un panfleto llamado «los misterios de Gobi», en el que describía a unos «hombres serpiente» con la capacidad de tomar la forma humana.
Son muchos los que piensan que, bajo esta influencia, David Icke escribió su libro «El secreto más grande».
Sin embargo, ésta no es la única influencia de Icke. El hombre también se basó en los «manuscritos de Nag Hammadi», así como en los «rollos del mar muerto».
En estos textos gnósticos, se habla de la existencia de ciertos seres con mayor frecuencia vibracional, conocidos como «arcontes».
Estos seres aparecieron en la tierra como humanos y ocultan su verdadera forma reptiliana.
Ciertamente, se trata de entidades malévolas, cuyo único deseo es esclavizar a la humanidad. Todo con fines egoístas y en pos de su propio beneficio.
David Icke también hace referencia a las interpretaciones de Zecharia Sitchin, sobre las «tabletas sumerias».
En dichas tabletas se menciona la existencia de una raza de alienígenas de origen reptiliano, que procrearon con los humanos existentes y que crearon las antiguas civilizaciones de Sumeria, Egipto, Babilonia e India, entre muchas otras.
Icke también hace referencia al viejo testamento, en donde se mencionan los «Nephilim», o los «ángeles caídos».
Estos seres eran gigantes que venían del cielo, y que tuvieron descendencia cuando se mezclaron con las hijas de los hombres.
Recordemos que, en la Biblia, el gran enemigo de la humanidad es Satanás, o la «gran serpiente», como también se le conoce.
Ciertamente, muchas religiones antiguas hacen referencia a dioses y deidades con forma de reptil.
Por ejemplo, en la cultura sumeria existe una estatua de una diosa con cuerpo humano y cabeza de reptil, que sostiene en sus brazos a un bebé reptiliano.
Posiblemente, se trate de la diosa «Nammu», o «Namma», quien era la diosa del mar, y quien dio a luz al dios «Anu», de quien hablaremos más adelante.
En la cultura mesoamericana tenemos a «Quetzalcóatl», o «Kukulcán», también conocido como la «serpiente emplumada».
Una deidad que representa la dualidad entre el cuerpo físico y los principios espirituales.
En las religiones dharmicas, como el budismo y el hinduismo, tenemos a «Naga», un Dios híbrido mitad humano y mitad serpiente, potencialmente peligroso para los humanos.
El zoroastrismo también hace referencia a dioses reptiles. Por ejemplo, en la figura de «Zahhak», o «Avesta».
Este Dios representa a una serpiente, o dragón, de naturaleza siniestra y malévola.
Los griegos también tienen dioses reptiles. Este sería «Cecrops», quien era una deidad con torso de hombre y cola de serpiente.
Es interesante mencionar que, este personaje, fue uno de los primeros dioses griegos que iba en contra de la filosofía liberal de esta cultura.
En efecto, esta deidad instauró el matrimonio, porque no le gustaba la promiscuidad.
Asimismo, ordenó que se construyeran altares y estatuas para las deidades. Y exigió que se realizarán sacrificios de seres vivos en honor a los dioses. Algo que era totalmente contrario a lo que los griegos promulgaban.
En la cultura egipcia tenemos a «Apep», o «Apophis», una deidad que simboliza el caos y que se opone a la luz. Interesantemente, se simboliza con una serpiente gigante.
Otros de los nombres con los que se le conoce son: «la serpiente del Nilo» y «el dragón malvado».
Hablando de dragones, la cultura china también hace referencia a estas figuras reptiles.
Si recuerdan bien, ya habíamos hablado de «Fu Xi» y «Nuwa», en uno de mis videos del I chin. Las habíamos descrito como dos serpientes que se enrollan y forman una hélice, parecida a la doble hélice del ADN.
Esto resulta bastante interesante porque, según los sumerios, los «Annunaki» eran unos extraterrestres reptilianos, venidos de las estrellas, y que nos crearon a través de ingeniería genética.
No está muy clara la procedencia de estos seres. Algunos sostienen que vienen del planeta «Nibiru». Mientras que otros dicen que vienen de la constelación de «Draco». Y Aún otros, piensan que vienen de la constelación de Orión, o de Sirio.
En efecto, estos seres también se conocen como «Kingú», o «raza de dragones». Y se dividen en tres grupos diferentes: los verdes, los rojos y los blancos.
La palabra «Annunaki» significa: la «descendencia de Anu», o los «hijos de Anu». Ya habíamos dicho anteriormente que «Anu» es el hijo de la diosa «Nammu», o «Namma».
«Anu» es la personificación del cielo, el Dios supremo de todas las deidades de la antigua Mesopotamia.
Los sumerios lo describen como «aquel que contiene todo el universo» y se identifica con el polo norte de la constelación de «Draco».
Asimismo, es el padre de «Enki» y «Enlil», personajes que juegan un papel clave en la teoría reptiliana. Entre los tres, constituyen una Trinidad divina.
Curiosamente, los sumerios adoraban más a «Enlil» que al mismo «Anu». Aunque este último es ciertamente más poderoso.
Muchos creen que «Anu» es la misma figura egipcia de «Anubis», el Dios egipcio asociado con la muerte y la vida después de ésta.
Este Dios lo simbolizan con cuerpo de hombre y cabeza de perro, posiblemente un chacal.
Resulta entonces que, estos «Annunaki», utilizaron genes de los homínidos primitivos, y de ellos mismos, para crearnos. Es decir, somos híbridos entre esta raza alienígena y los primates de aquella época.
Entre los «Annunaki» más representativos, como ya lo mencionamos, se encuentran las figuras de «Enki» y «Enlil». Siendo este último, la representación de Satanás, el gran dragón, o la serpiente original.
Aparentemente, estos alienígenas reptilianos nos crearon para que les ayudáramos a extraer oro de las minas. Es decir, fuimos creados como esclavos.
Los reptilianos deseaban unos seres que fueran lo suficientemente inteligentes y atractivos para gozar de su compañía. Pero, al mismo tiempo, querían que fuéramos lo suficientemente ingenuos y dóciles para ser fácilmente controlables.
Parece ser que estos alienígenas reptilianos nunca se fueron del planeta, sino que permanecen infiltrados entre nosotros y siguen controlándonos.
David Icke, al igual que muchos otros, postulan que la descendencia de estos alienígenas es, y siempre ha sido, la élite política, económica y militar del mundo.
En efecto, desde los sumerios, los egipcios y los romanos; pasando por los reyes y las dinastías de la Europa medieval; hasta las familias más poderosas e influyentes de la actualidad.
Todos son descendientes de los reptilianos.
Así pues, dentro del linaje reptiliano tenemos a personajes de la talla de: Alejandro Magno, Cleopatra, la reina Isabel, Henry Kissinger, George W. Bush, Barack Obama, Bill y Hillary Clinton, y hasta el mismo Justin Bieber.
David Icke cree que estos seres provienen de una dinastía llamada los «merovingios», que tiene sus orígenes desde la época de los faraones egipcios (incluyendo a Ramsés II).
La dinastía pasa por otros personajes ilustres como: Filipo de Macedonia, Ptolomeo, Herodes, Constantino, el rey Fernando de España, el rey Jaime de Inglaterra, María Antonieta, Tomás Jefferson, Franklin Roosevelt, etc.
En algún momento de la historia, estos personajes crearon la «orden de los masones», los «illuminati», el grupo Bilderberg, y la Comisión trilateral, fundada por David Rockefeller en 1973.
Obviamente, los Rockefeller también hacen parte de este linaje reptiliano.
Ciertamente, estas sociedades secretas controlan al mundo desde las sombras. A través de la política y la banca internacional.
Detrás de estas organizaciones, se encuentran familias muy poderosas como los Rothschild, los ya mencionados Rockefeller, los Morgan y los Bush. Hasta el mismo George Soros se incluye en esta lista negra.
Parece ser que estos reptilianos siempre han tenido un gusto por la sangre y la carne humana. Y esa es la razón por la cual los dioses de la antigüedad exigían tantos sacrificios humanos y de animales.
Las élites que nos gobiernan siguen teniendo estos deseos y antojos, pues su satisfacción por la sangre y los sacrificios ha perseverado hasta el día de hoy.
En efecto, esto explicaría las acusaciones de participar en rituales satánicos que caen sobre muchos de los personajes más poderosos e influyentes del mundo.
Según David Icke, esto se puede confirmar por los testimonios de Cathy O´Brien y Arizona Wilder, quienes, supuestamente, fueron forzadas a participar en rituales satánicos, llevados a cabo por dignatarios de alto nivel.
Parece ser que estas mujeres fueron sometidas a un programa de control mental por parte de la CIA. Algo muy parecido a los famosos programas MK ultra, de los años 50, 60 y 70.
Curiosamente, Cathy O´Brien alega haber visto al presidente George Bush transformarse en un alienígena reptil. Aunque, no obstante, ella siempre creyó que se trataba de un holograma.
Arizona Wilder, por su parte, alega haber visto a la reina Isabel comer carne humana y beber sangre después de un sacrificio. Posteriormente, la vio convertirse en un reptil gigantesco y de color blanco.
Exactamente las mismas alegaciones caen sobre el príncipe Carlos, a quien dice haber visto transmutar en una forma reptil y obtener una gran satisfacción y placer sacrificando niños.
David Icke también sostiene que, Christine Fitzgerald, quien era amiga de la princesa Diana, le contó alguna vez que la princesa se refería a los miembros de la casa de Windsor como los «lagartos».
Y parece ser que este sobrenombre no era figurativo, sino literal. De acuerdo a Fitzgerald, los miembros de la familia real no mueren, sino que sufren una metamorfosis, parecida a una clonación.
Igualmente, parece ser que la princesa Diana no murió en ningún accidente, sino que fue asesinada por miembros de la familia real.
Ciertamente, y en caso de ser esto cierto, ¡estamos lidiando con unas acusaciones bastante fantásticas y serias!
David Icke sostiene que los reptilianos poseen poderes telepáticos, con los cuales nos controlan, y también tienen la capacidad de cambiar de forma. Es decir, pueden cambiar de reptiles a humanos, y viceversa.
Existen muchos vídeos en Internet en donde, supuestamente, se ha grabado a varios personajes públicos con ojos muy extraños, como de reptiles.
Por ejemplo, el vídeo de Justin Bieber, cuando apareció ante la corte por resistir al arresto. O el vídeo de la reina Isabel, con su ojo negro en un juego de polo.
En fin, mis emprendedores de la felicidad, vamos a dejarlo hasta aquí.
¿Qué opino de esta teoría de los reptilianos? ¡Eso se los diré en el próximo relato! ¡No se lo pierdan!
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¡Recuerden que les otorgaré un libro completamente gratis!
Como siempre, les ha hablado su amigo y servidor, Andrés Rueda. ¡Les deseo a todos un maravilloso día y hasta la próxima!