Hola, mis emprendedores de la felicidad, en el día de hoy vamos a realizar un top. El top de los 10 dinosaurios más terribles de la historia. Sin lugar a dudas, estas apoteósicas criaturas siempre nos han fascinado e intrigado.
Puede ser su colosal tamaño, que puede llegar a ser tan grande como un edificio pequeño. O bien, puede ser la fiereza de estas bestias, que en conjunto con sus descomunales proporciones, las han convertido en las máquinas depredadoras más impresionantes que la historia haya visto jamás.
Sea como sea, estos animales son fascinantes y, ciertamente, no podía dejar pasar la oportunidad para hacer un top sobre ellos.
Sin más preámbulos, comencemos:
Stegosaurus
En el puesto número 10 de nuestra lista tenemos el Stegosaurus. Este animal fue un herbívoro que vivió en el periodo jurásico, hace 148 millones de años. Este colosal dinosaurio tenía una longitud de aproximadamente 9 metros, y una altura de aproximadamente cuatro.
Además, pesaba algo así como de ocho a 9 toneladas, aproximadamente. Era un animal con unas impresionantes espinas en su dorso, que le servían para protegerse de los carnívoros.
Pero la característica que realmente lo hacía terrible, era que tenía una cola larguísima con cuatro espinas al final. Estas espinas tenían una longitud de 60 a 90 cm.
El Stegosaurus utilizaba su cola como un látigo. Un látigo que se llegó a conocer como el “Thagomizer”. Esta criatura ocupa el puesto número 10 de nuestra lista porque, imagínate el daño que podía infligir cuando batía su cola, a modo de látigo, e impactaba a un depredador con sus cuatro puñales de 90 cm.
Sin lugar a dudas, no me gustaría ser clavado por alguna de estas espinas. Desafortunadamente, el Stegosaurus poseía un cerebro diminuto, lo cual hace pensar a los científicos que se trataba de un animal bastante tonto. De hecho, hasta se ha especulado que tenía un segundo cerebro en su cola, pero esto no se ha podido probar.
Ankylosaurus
En el puesto número nueve de nuestro top, tenemos el Ankylosaurus. Este dinosaurio vivió en el Cretácico, hace 68 millones de años. Pesaba alrededor de seis toneladas, con un largo de seis a siete metros, y una altura de un metro ochenta a dos metros, aproximadamente.
Su nombre significa “lagarto acorazado” porque estaba cubierto con unas placas durísimas, parecidas a los de los lagartos modernos. De hecho, estas placas eran tan duras que a este animal se le consideraba un verdadero tanque prehistórico.
No solamente era muy difícil para un depredador atravesar su armadura, sino que, lo que lo hacía verdaderamente peligroso, era que tenía una especie de martillo gigantesco en su cola. Del mismo modo en que el Stegosaurus batía su cola como un látigo, el Ankylosaurus también lo hacía.
La diferencia era que, en lugar de tener cuatro inmensos puñales en la cola, tenía una protuberancia durísima en forma de martillo, que utilizaba para golpear a cualquier depredador que se le acercara.
De hecho, se sabe que la potencia de este martillo era tan devastadora, que podía fracturar los tobillos de un tiranosaurio Rex. Por el hecho de ser el tanque prehistórico de los dinosaurios, se ha ganado con justicia el puesto número nueve de nuestra lista.
Triceratops
En el puesto número ocho tenemos el famoso Triceratops. Un dinosaurio que vivió a finales del Cretácico, hace 68 millones de años. Este dinosaurio era muy parecido a un rinoceronte moderno, pero significativamente más grande.
Pues pesaba entre seis a doce toneladas, con una altura de cuatro metros, y una longitud de nueve metros. Para ponerlo en perspectiva, un elefante africano adulto puede pesar entre siete a ocho toneladas, con una altura entre dos metros y medio a cuatro metros.
Es decir, ¡imagínate un rinoceronte ligeramente más grande y más pesado que un elefante! Lo que hacía realmente peligrosa a esta bestia colosal, era que tenía un par de cuernos que podían medir entre un metro a un metro y medio.
Imagínate ser embestido por una bestia de diez toneladas con cuernos de un metro de largo ¡Ni quiera Dios! Se sabe que los Triceratops podían vencer en una batalla al poderoso tiranosaurio, pues se han encontrado fósiles de Triceratops con heridas de tiranosaurio.
Heridas que tiempo después cicatrizaron, lo que significa que los Triceratops sobrevivían ataques de tiranosaurios. Por el hecho de que haya podido enfrentar, y sobrevivir, el ataque del rey de los dinosaurios, se ha ganado con justicia el puesto número ocho de nuestra lista.
A partir de este punto empezamos con otro calibre de dinosaurios: los carnívoros. Hasta ahora hemos visto dinosaurios terribles e impresionantes, pero todos herbívoros.
Carnotauros
El número siete en nuestra lista lo ocupa un dinosaurio carnívoro llamado Carnotauros, o el “toro come carne”, como también se le conoce.
El Carnotauros vivió en el Cretácico, hace 90 millones de años. Este dinosaurio tenía una longitud de más o menos 8 metros, y llegaba a medir hasta 3 metros de alto, con un peso de aproximadamente una tonelada. Este dinosaurio se caracterizaba porque tenía dos amenazantes cuernos en su cabeza, además de unos ojos pequeños, para no ser dañados en combate.
Lo que hacía más temible a este oriundo de Sudamérica, era que podía correr a unas velocidades increíbles, de 45 a 50 km/hora, haciéndolo uno de los dinosaurios carnívoros más rápidos que jamás hayan existido.
De hecho, podía salir disparado a toda velocidad sin necesidad de hacer un “calentamiento” previo. Esta velocidad impresionante, unida a su ferocidad implacable, lo hace un justo merecedor del puesto siete de nuestra lista.
Saurophaganax
En el número seis de nuestra lista tenemos al Saurophaganax. Esta criatura vivió en el jurásico, hace 155 millones de años. Su nombre significa “supremo lagarto asesino”. O sea, con un nombrecito así te podrás imaginar de lo que era capaz esta bestia.
Con una altura estimada de 3 a 4 metros, y 10 a 13 metros de longitud, este dinosaurio pesaba entre tres y cuatro toneladas. Su carácter era feroz, y muchas veces les robaba la comida a otros depredadores.
Se han encontrado muchos fósiles que contienen heridas perpetradas por el Saurophaganax, por lo que se piensa que fue uno de los carnívoros más temidos de su tiempo.
Un espécimen completamente agresivo que solía devorar todo lo que se encontraba en el camino. Debido a su tamaño apoteósico y a su mal carácter, este ejemplar se ha ganado con justicia el puesto número seis de nuestra lista.
Utahraptor
El contendiente número cinco de nuestra lista es, en mi humilde opinión, uno de los dinosaurios más terroríficos que jamás hayan existido. Si solamente ocupa el puesto número cinco de este top, es porque existen otras bestias mucho más descomunales y poderosas.
¿Recuerdas las películas de Jurassic Park? En ellas, se nos mostraban a los terribles Velociraptors. Bueno, pues resulta que, en la película, se equivocaron, porque los Velociraptors de la vida real, si acaso tenían el tamaño de un pavo.
Es decir, no me malinterpretes, los Velociraptors eran depredadores implacables y muy peligrosos, pero estaban lejos de ser esas bestias amenazantes que nos mostraban en la película. Sin embargo, eso no quiere decir que no hayan existido unas bestias similares.
En efecto, los monstruos que nos muestran en la película eran, nada más y nada menos, que este señorito: el Utahraptor. Se llama así porque fue descubierto en el estado de Utah, Estados Unidos.
Estos dinosaurios vivieron hace 128 millones de años, en el Cretácico. Tenían un peso entre 500 a 700 kilos. Es decir, el mismo peso de un oso Grizzly. Medían hasta 7 m de largo, y alrededor de 2 m de altura. Además de tener muchos dientes afilados, también tenían garras en las manos y en los pies, y no creas que se trataban de una simple garrita.
¡No! Sus garras podían llegar a medir hasta 25 cm de longitud. ¡Imagínate ser desgarrado por una de estas cosas! Por si esto fuera poco, también podían correr a 32 km/hora, eran muy inteligentes y cazaban en manada, lo cual los hacía aún más peligrosos.
Por ser los verdaderos Velociraptors de Jurassic Park, los Utahraptor son dignos acreedores del puesto número cinco de nuestra lista. A modo de curiosidad, alguna vez se pensó llamar a este dinosaurio como “Utahraptor Spielbergi”, en honor al famoso director de cine, Steven Spielberg.
Desafortunadamente, a la comunidad científica esto no le hizo mucha gracia, así que decidió declinar la propuesta. Definitivamente, a veces los científicos sí que carecen de sentido del humor.
Spinosaurus
A partir de este punto en nuestra lista entramos en una nueva categoría: la de los pesos pesados. Los últimos cuatro contendientes de nuestra lista son los dinosaurios más colosales y monstruosos que jamás hayan existido.
Justamente, en el puesto número cuatro tenemos al Spinosaurus. Nada más y nada menos, el dinosaurio carnívoro más grande que jamás haya existido. Esta cosa era colosal. El Spinosaurus vivió en el Cretácico, hace 112 millones de años, más o menos.
Se cree que llegó a tener una longitud de hasta 18 m, con una altura de 5 m y un peso estimado entre cuatro a diez toneladas. No obstante, hay quienes piensan que pudo haber llegado a pesar hasta veinte toneladas. Sea como sea, esta cosa era gigantesca.
Tenía la espalda cubierta totalmente de “espinas”, de hasta un metro y medio de alto. Los científicos creen que pasaba tanto tiempo en el agua como en la tierra, y se cree que sólo cazaba presas pequeñas y peces. Aún así, esta cosa metía miedo.
Su cráneo medía, nada más y nada menos, 2 m de longitud. ¡Imagínate esa cabezota! Y cuando cerraba su boca, ésta quedaba herméticamente cerrada, como la de los cocodrilos. Sus dientes, asimismo, iban en varias direcciones, hacia adelante y hacia atrás, y también eran muy parecidos a los de los cocodrilos actuales.
Ciertamente, por ser el carnívoro terrestre más grande que jamás haya caminado por este planeta, se ha ganado con justicia el cuarto lugar de nuestra lista.
Carcharodontosaurus
La medalla de bronce le corresponde al impresionante y escalofriante Carcharodontosaurus. Esta bestia vivió durante el periodo Cretácico, hace aproximadamente 112 millones de años.
Su nombre significa “reptil con dientes de tiburón”, pues la forma de sus dientes era similar a los de los tiburones, afilados y curvos, diseñados para rasgar y realizar cortes rápidos con una poca presión en la mordida. Sus dimensiones eran masivas: alrededor de 13 m de largo, una altura de 4 m y con un peso de aproximadamente 15 toneladas.
Sin duda, esta cosa era gigante. Se piensa que podía alcanzar una velocidad máxima de 30 km/hora y que sus presas morían rápidamente desangradas, debido al daño producido por sus dientes en forma de tiburón. También poseían una visión doble, que los hacía ser cazadores más efectivos. Sin lugar a dudas, toda una máquina asesina del Cretácico.
Giganotosaurus
En el segundo lugar de nuestra lista tenemos al poderoso y temible Giganotosaurus. Esta criatura vivió en el Cretácico, aproximadamente hace 98 millones de años. Este animal está relacionado con la familia de los Carcharodontosaurus y fue uno de los depredadores más grandes que jamás hayan existido.
Se cree que alcanzaba 12 m de longitud, de 3.5 a 4 m de altura y que podía llegar a pesar hasta 15 toneladas. Es decir, un peso equivalente a dos elefantes africanos adultos. Para que te hagas una idea de lo grande que era, sólo basta decir que este temible depredador era aún más grande que el todopoderoso tiranosaurio.
Su cabeza podía llegar a medir hasta 2 m, con una mandíbula llena de dientes afilados de hasta 30 cm de longitud ¡como para llegar a caer en la boca de este animalito! Si te llegaras a topar con uno, de nada te serviría correr, pues esta cosa alcanzaba una velocidad de 50 km/hora.
En comparación, Usain Bolt, el hombre más rápido del mundo, sólo alcanza una velocidad máxima de 45 km/h. Por ser más rápido y tener una mordida más fuerte que el Carcharodontosaurus, el Giganotosaurus se ha ganado con justicia la medalla de plata de nuestra lista.
Tyrannosaurus rex
Finalmente, hemos llegado al número uno de nuestra lista. Y no podía corresponderle a otro que al célebre e icónico tiranosaurio Rex. Hay dos razones por las cuales decidí otorgarle a esta maravillosa criatura el primer lugar de nuestro top.
La primera razón es porque es el dinosaurio carnívoro más famoso que jamás haya existido, es todo un icono de la cultura pop. Una criatura a la que conocimos y temimos desde niños, y con la que nos maravillamos, y hasta soñamos, en cada juego y película que vimos.
Pero no solamente es porque sea una celebridad el hecho de que el tiranosaurio sea el ganador de nuestra lista. Esto no sería del todo justo. La verdad es que el tiranosaurio también posee los méritos suficientes para acreditarse con esta distinción.
Veamos: para empezar, el tiranosaurio es más o menos del mismo tamaño que el Carcharodontosaurus y el Giganotosaurus, posiblemente un poco más pequeño. Y ciertamente, es aún más pequeño que el Spinosaurus. Pero a pesar de su leve tamaño inferior, el tiranosaurio aventaja a estos últimos dinosaurios en unos cuantos factores.
El primero de estos es la fuerza de mordida. El tiranosaurio es el dinosaurio con la mordida más feroz, fuerte y salvaje de todos los dinosaurios que existieron. Solamente el gigantesco tiburón prehistórico, Megaleodon, tenía una fuerza de mordida superior.
Para que te hagas una idea, el tiranosaurio tenía una fuerza de mordida equivalente al peso de tres automóviles pequeños. Es decir, una impresionante fuerza de 35,586 Newtons. Esto es como si en cada centímetro cuadrado de tu cuerpo, se te parara encima un tiranosaurio o un elefante africano ¡imagínate esa prisión!
El tiranosaurio tenía una mordedura capaz de hacer pedazos a cualquiera que cayera entre sus mandíbulas. Si a esta tremenda mordedura le añadimos unos dientes increíblemente fuertes, de hasta 30 cm de longitud, entonces nos encontramos con una máquina trituradora que demolía cualquier cosa que se pusiera en su camino. Además, el tiranosaurio fue el punto más alto de la evolución de los dinosaurios carnívoros.
Era mucho más inteligente que el Carcharodontosaurus y el Giganotosaurus. Y, además, su visión era mucho mejor, lo cual le daba la ventaja en una batalla.
Por todos estos factores, el tiranosaurio se ha ganado la medalla de oro y le otorga con toda justicia el título de “rey de los dinosaurios” y el primer lugar de nuestro top.
Y eso es todo, mis emprendedores de la felicidad. ¿Coinciden con este top?
Bueno, mis emprendedores de la felicidad, espero que les haya gustado el artículo del día de hoy.
Como siempre, les ha hablado su amigo y servidor, Andrés Rueda. Recuerden que si se suscriben a mi página les regalaré mi libro «20 consejitos para ser feliz».
¡Les deseo un maravilloso día y hasta la próxima!