Hola, mis emprendedores de la felicidad, espero que las cosas les estén saliendo de maravilla. En el día de hoy, quiero que hablemos del Bhagavad Gita, ¿qué es eso? Se preguntarán muchos de ustedes.
Pues bien, el Bhagavad Gita significa literalmente el “Canto del señor”. Y es uno de los libros sagrados del hinduismo y tal vez, una de las obras religiosas más importantes de la literatura universal.
Se cree que este texto fue escrito en el siglo segundo a. C. y que hacía parte de la epopeya hindú del Majábharata. Esta es una epopeya antigua que describe acontecimientos que tuvieron lugar hace 5000 a 7000 años en el pasado.
Así pues, volviendo al Bhagavad Gita, esta obra se estructura en 18 capítulos y 700 estrofas, y desarrolla un estilo elevado y sublime de belleza literaria. Es básicamente, un poema en sí mismo.
Hoy quería hablar de este texto porque me parece que, para nosotros, en la cultura occidental, no le damos el suficiente mérito y la suficiente importancia a los textos religiosos de las culturas orientales.
Digamos que nos falta un poco de cultura general, así como una mente abierta para considerar y abrazar las creencias de otras culturas diferentes a la nuestra.
La gran obra filosófica del Bhagavad Gita, viene desempeñando en la cultura hindú, un rol similar al que el nuevo testamento cumple en nuestra cultura.
Es el texto religioso para las masas. En ella, se nos habla de la metafísica brahmánica, la esencia de las vedas, el tratado del yoga y la unión mística con la divinidad.
Ambos libros proclaman poderosamente el principio del amor, como la base del desarrollo espiritual del hombre. También nos habla de Dios, y del significado de la vida y los principios de su evolución. Gandhi se refirió a ella como un gran “diccionario espiritual”.
El mismo Einstein, la elogió mencionando que ante el Bhagavad Gita, el mundo cotidiano parece totalmente superficial. Igualmente, uno de los creadores de la bomba atómica, Robert Oppenheimer, hizo referencia a ella, comparando su bomba con una teofanía.
Es decir, con una suprema manifestación de Dios a los hombres. La teofanía a la que se refería, era la que Krishná le había obsequiado a Arjuna.
En el capítulo 11 del Bhagavad Gita, aparece Krishná en su forma de múltiples brazos y empuñando diferentes armas, con el resplandor de 1000 soles y diciendo “me he convertido en la muerte, la destructora de mundos”.
Obviamente, hay que decir que Oppenheimer utilizó una analogía muy cruel para justificar su infame creación.
Otro personaje importante que ha mencionado la magnificencia del Bhagavad Gita, ha sido Aldous Huxley, el famoso escritor y filósofo británico. Él simplemente la definió como “la enunciación de evolución espiritual más sistemático y de valor duradero que tiene la humanidad”.
Tal vez, esto es porque el Bhagavad Gita es un poema, en forma de diálogo, que sostiene Krishná con el guerrero Arjuna. Recordemos que Krishná es el avatar del dios Vishnú.
El contexto en el que ocurre este diálogo es en la antesala de la gran batalla entre los Pandava y los Kaurava, dos clanes que estaban enfrentados por tener la misma sangre, pues eran descendientes del gran rey Bharata, quien fuese el mítico fundador de la tradición vedica en la india.
A modo de curiosidad, la palabra “Bharata”, de la cual procede el Majábharata, significa “la querida”.
La cuestión es que Arjuna le cuestiona a Krishná la moralidad de participar en una guerra. Entonces, es así como empieza este gran poema épico que relata los diálogos entre ambos personajes, y que sucede en la víspera de esta gran batalla.
Batalla que tendrá lugar en el territorio sagrado de Kurujsetra. Desde luego, debido a que Arjuna iba a enfrentar a sus propios parientes y antiguos amigos, empezó a dudar sobre su participación en la guerra.
Ante esta disyuntiva, Krishná le reprende, y le dice (y recito literalmente): “¿Cómo puedes tú, quien trajo a estas personas a morir, abandonarlas en el último momento? ¡Eres un guerrero profesional y tomaste las armas, así que lucha por la causa justa!
¡Y comprende que la vida de cada uno de nosotros en el cuerpo es sólo un corto lapso de la verdadera vida! El hombre no es un cuerpo y no muere con la muerte de su cuerpo. ¡En este sentido, nadie puede matar y nadie puede ser asesinado!”
A título personal, aquí hay algo con lo que no concuerdo. Me parece que el razonamiento que acabamos de recitar, puede ser utilizado como una justificación, por los tiranos, para defender y disculpar los horrores de la guerra.
Este mismo razonamiento fue el que debió hacer Oppenheimer, así como lo mencionamos anteriormente. De todas formas, creo que lo más interesante de este pasaje, es que menciona la inmortalidad del alma.
Krishná le dice a Arjuna que el alma es inmortal, entonces no puede ser asesinada por nadie, en ninguna guerra y en ningún lado. En todo caso, y en esto si estoy de acuerdo, el alma es inmortal. Fuimos creados para vivir por toda la eternidad.
La cosa es que Arjuna, intrigado, procede a realizarle más y más preguntas a Krishná. Y es a partir de las respuestas de éste, que se establece lo siguiente: uno no puede recorrer el camino hacia la perfección a través de asesinatos y odio; sino que, por el contrario, es a través del amor que se alcanza esta meta.
Krishná le habla a Arjuna sobre la doctrina del Atman. Le habla del nacimiento y la muerte, y le hace notar que la devoción (llamada bhakti) es el mejor instrumento para liberarse del ciclo de renacimientos, que también se conoce como la rueda del samsara.
El Bhagavad Gita, además de ser un poema, es un libro de instrucciones para la vida. Lo extraño es que las instrucciones no son las mismas para todo el mundo, porque recordemos que, una de las cosas aberrantes de la cultura india, es el sistema de castas.
En donde los hombres ni nacen libres, ni son iguales. Obviamente, todos los textos religiosos están llenos de incongruencias y falacias morales. Sin embargo, eso no les desmerita el valor literario ni religioso que puedan tener.
En este texto se nos habla de Dios, del alma, del mundo, del karma y del tiempo. Se proporcionan tres grandes caminos para que el alma pueda progresar en el duro camino de la existencia.
No obstante, lo que nos resulta chocante, a nosotros que vivimos en una cultura occidental, es que los códigos de conducta son diferentes según la casta en la que vivan las personas.
Así, por ejemplo, lo que puede ser una falta grave para un Brahman, no lo es para un campesino; y viceversa. Un paria puede beber y jugar a las cartas, pero esto es algo que al Brahman le está estrictamente prohibido.
Así que la ética dentro de este texto no es universal. Algo que, en mi opinión, es bastante tonto. Sin embargo, y como ya dijimos, más allá de las cosas insensatas e ilógicas que existan dentro del Bhagavad Gita, todavía existen joyas de verdad que podemos extraer aquí y allá.
Como ya dijimos, otra de las enseñanzas que le explica Krishná a Arjuna, es que el alma es inmortal. La muerte del cuerpo no conlleva la muerte del alma. Es más, comparada con ésta, la vida en el cuerpo no tiene importancia.
Se dice que aquel que piense que el alma puede morir, realmente no entiende nada. Pues el alma nunca muere, ni nunca nace. Sencillamente, es eterna. El alma simplemente se deshace cuerpos ya viejos e inútiles, para después volver a encarnar en otros nuevos.
Así que nada, ni las armas ni el fuego, podrán destruirla. Yo estoy de acuerdo en que el alma es inmortal, más no creo que siempre haya sido eterna.
Es decir, creo que Dios nos creó a todos, por lo que pienso que nunca hemos sido eternos. Sin embargo, estoy convencido que nos creó para que vivamos de manera inmortal. Hay una importante diferencia entre ambas cosas.
El Bhagavad Gita establece que, debido a que el cuerpo es pasajero, entonces no tiene sentido apegarse a las cosas materiales.
El hombre no se debe mantener estático, sino que debe actuar y emprender. Ciertamente, los frutos de nuestras acciones serán retribuidos a través de la ley del karma, que no es otra cosa que la ley de causa y efecto.
En fin, les invito a que lean esta magnífica obra. El Bhagavad Gita, así como la Biblia, el Corán, y otros tantos textos religiosos, siempre tendrán un valor especial, y contribuirán con granitos de arena para nuestro mayor entendimiento de la vida y de las cosas de Dios.
Aún si eres un ateo declarado, siempre encontrarás un valor literario y poético en el Bhagavad Gita.
Mis emprendedores de la felicidad, espero que les haya servido para incrementar su cultura general.
Bueno, mis emprendedores de la felicidad, vamos a dejarlo hasta aquí.
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Como siempre, les ha hablado su amigo y servidor, Andrés Rueda.
¡Les deseo a todos un maravilloso día y hasta la próxima!