En el día de hoy, vamos a examinar un caso de avistamiento de ovnis muy interesante: el extraño caso de Alexander Hamilton. Este fue uno de los primeros avistamientos de ovnis que ocurrieron en épocas relativamente modernas.
Más exactamente, el incidente ocurrió el 21 de abril de 1897. En la localidad de Leroy, Kansas.
Todo comenzó cuando el señor Alexander Hamilton, quien era un granjero en aquella población, se despertó una noche de repente, cuando escucho unos ruidos que provenían de su granero.
Al principio, el señor Hamilton pensó que se trataba de su perro, que probablemente estaba algo alborotado esa noche.
Sin embargo, cuando se dirigió a la puerta para investigar, este hombre cuenta que a lo lejos pudo ver una aeronave que descendía lentamente sobre sus vacas, a una distancia de, más o menos, 200 metros de su casa.
Como era de esperarse, el señor Hamilton, asustado, llamó a gritos a su ayudante, Gid Heslip, y a su hijo Wall. Rápidamente, los hombres agarraron unas hachas y se apresuraron hacia el corral.
Cuando estuvieron a una distancia de, más o menos, 50 metros, se dieron cuenta que el objeto tenía una forma de cigarro. Y calcularon su longitud en, aproximadamente, 100 metros.
Cuenta el señor Hamilton de que la aeronave tenía una especie de carruaje en la parte inferior, hecha de algún tipo de vidrio transparente, y cuenta también de que, dentro de esta bóveda, por así decirlo, se encontraban seis criaturas muy extrañas, que se encontraban hablando entre ellas en un dialecto ininteligible.
El hombre describió que el resto de la nave era de un color rojo oscuro, y que a diferencia de la bóveda en donde se encontraban las criaturas, esta parte de la nave no era de color transparente, sino de color sólido.
La cosa es que la nave se puso encima de una ternera, que estaba atada a una cerca, y que tenía una especie de soga atada al cuello. Una soga que ascendía desde el animal, hasta la nave.
Continúa el señor Hamilton con su relato, y cuenta que él, y los otros hombres, estaban muy asustados. Pero que, sin embargo, lograron dirigirse hasta donde se encontraba la ternera, para intentar liberarla de sus ataduras.
No obstante, a pesar de sus mejores esfuerzos, no lo lograron. La cosa es que cuando estaban tratando de liberar al animal, éste se empezó a elevar por el cielo, con rumbo hacia la nave.
Los hombres no pudieron hacer otra cosa que quedarse pasmados, y ver con impotencia cómo el animal era raptado delante de sus narices.
Después de toda esta odisea, el señor Hamilton sigue narrando y cuenta que lo que hicieron a continuación fue regresar asustados a la casa. Esa noche, dijo, no pudo conciliar sueño, por más que lo intentó.
Y con toda la razón. La cuestión es que, al otro día, el señor Hamilton se levantó muy temprano, luego tomo su caballo y se fue a buscar a su ternera secuestrada.
Aunque intentó buscar algún tipo de rastro o huella del animal, no la encontró por ningún lado. Fue entonces cuando, súbitamente, se encontró con su vecino Link Thomas, quien le dijo que había encontrado restos de una vaca degollada en su propiedad.
El señor Thomas le contó al señor Hamilton, que solamente había encontrado la cabeza, las patas y la piel del animal. Mencionó que lo primero que pensó fue que alguien había degollado a la pobre criatura, pero que se sintió muy confundido al no encontrar ninguna huella alrededor del cadáver del mismo. Cosa que le parecía muy extraño.
El señor Hamilton, desde luego, entendió que el animal del que hablaba su vecino, era la ternera que le habían robado.
Después de este suceso, el señor Hamilton termina su narración confesando que nunca supo si aquellas criaturas eran ángeles o demonios, pero que, definitivamente, él no quería saber absolutamente nada más de aquellos seres en su vida. ¡Nunca jamás!
Ahora, lo interesante de este caso es que llegó a ser publicado en los periódicos de Estados Unidos, y hasta de Europa. Mucho se ha dicho y se ha especulado al respecto. Sin embargo, hay quienes piensan que todo fue un engaño perpetrado por el señor Hamilton.
Pues, resulta, que muchos años después, una mujer de nombre Ethel Shaw, contó que cuando ella era joven, había escuchado al señor Hamilton confesarle a su esposa que todo había sido parte de una broma.
Pues el señor Hamilton, aparentemente, hacía parte de un club muy particular, un club que se hacía llamar «el club de los mentirosos». La cuestión es que, supuestamente, los miembros de este grupo inventaban historias y bromas, para entretener a sus compadres de turno.
Lo que sí es cierto es que el testimonio de esta señora contrasta con el del señor Hamilton. Pues resulta que, a él, junto con otras 12 personas, les hicieron firmar un documento en donde se comprometían a decir toda la verdad, y nada más que la verdad.
Éste era un documento conocido con el nombre de «Affidavit». En todo caso, la cuestión es la siguiente: ¿es ésta una historia verdadera? ¿O simplemente se trata de una broma elaborada por el señor Alexander Hamilton?
¿Podría ser simplemente una historia creada para entretener a los miembros del susodicho «club de los mentirosos», al que este señor pertenecía? ¡Quién sabe! No lo sabemos.
A término personal, ¿que pienso yo de todo esto? Les voy a dar mi opinión al respecto. La verdad creo que aquí tenemos dos testimonios encontrados.
Pues, por un lado, tenemos la narración del señor Hamilton y su juramento. Un juramento que establecía que lo que presenció fue real. Un juramento que tomó junto a otras 12 personas, que también dieron fe de lo acontecido.
Pero, por otro lado, tenemos el testimonio de esta mujer, Ethel Shaw, que alega que todo fue, simplemente, una broma perpetrada por el señor Hamilton. En ambos casos, lo que tenemos es un testimonio contra otro testimonio, la palabra de uno contra la palabra del otro.
Ahora bien, ¿Por qué habríamos de creerle a esta mujer, más de lo que deberíamos creerle al señor Hamilton? Es decir, ambos individuos nos pueden estar mintiendo, obviamente.
Pero más allá de quién es la persona que está mintiendo, y quién es la persona que nos está diciendo la verdad. Es preciso anotar que hay ciertos rasgos, ciertos detalles, que me parecen muy interesantes de este caso. Y se los voy a mencionar.
Verán, para empezar, este fue uno de los primeros avistamientos de ovnis en los que se divisó una aeronave en forma de cigarro. La cosa es que, este no ha sido el único avistamiento de ovnis en esta forma.
Pues, a través de los años, han sido miles los avistamientos de ovnis con esta forma en particular.
De hecho, según el «centro nacional de reportes extraterrestres», de Estados Unidos, hasta el año del 2016, en todo el territorio nacional, se habían documentado hasta 2500 casos de avistamientos de ovnis, en forma de cigarros.
Teniendo en cuenta de que el caso del señor Alexander Hamilton fue uno de los primeros en evidenciar la existencia de ovnis con esta forma en particular, cabría preguntarse ¿Y los otros 2500 casos de avistamientos de ovnis con forma de cigarro? ¿Esos qué? ¿Acaso esos también fueron inventados?
Otro punto interesante de toda esta historia, es el del rapto y el mutilamiento de la ternera. Pues, la cosa es que, a lo largo de la historia, han sido innumerables los testimonios de animales mutilados de manera extraña, asociados con fenómenos extraterrestres y paranormales.
Resulta curioso que, para ser una historia completamente inventada, haya habido muchos casos similares de mutilamiento de animales a lo largo de los años.
Sin lugar a dudas, sería una coincidencia bastante grande que el señor Hamilton haya inventado todo eso del mutilamiento animal, cuando a lo largo y ancho del siglo XX, estos casos se han repetido una y otra vez, en distintas locaciones del planeta. Sólo basta con mencionar el fenómeno del chupacabras.
Ahora bien, este incidente de mutilamiento animal, no fue el único que ocurrió por esa época. Ya en 1896, un año antes del incidente presenciado por el señor Hamilton, había sucedido algo similar en Howell County, Missouri.
En este incidente, los testigos mencionan como un objeto de forma circular, y con estrellas unidas como si fuera un collar, había descendido sobre una granja, despidiendo un tremendo haz de luz, para después alejarse lentamente del lugar.
Y lo más interesante es que, al día siguiente, la familia vino a descubrir todo el pasto quemado y los restos de mucho ganado muerto esparcidos por el lugar.
Esta historia se publicó en la revista «Fate» (que, por cierto, su nombre traduce «destino»), en la edición de noviembre de 1985, bajo el título de «el ovni mata ganados de 1896»
Lo realmente interesante es que, muchos de estos casos de mutilamiento animal, tienen sus características en común. Pues, en primera instancia, el animal es raptado en un lugar.
Pero después, el animal se encuentra en otro lugar diferente, totalmente mutilado, sin sangre y grotescamente descuartizado. Lo curioso es que alrededor del lugar, no hay huellas ni de humanos, ni de animales; de modo que no se le puede atribuir esta atrocidad a alguno de ellos.
Adicionalmente, y muchas veces, también se encuentra el pasto quemado y en algunas ocasiones, hasta se encuentran rastros de radiación. Otra cosa digna de mencionar, es que, por lo general, los testigos también ven luces extrañas en el área, antes y después de estos incidentes bizarros.
Ahora bien, ten presente que estos avistamientos de ovnis, no han sido los únicos que se han registrado en el área. A lo largo de la historia, muchos avistamientos se han visto alrededor de la zona, más o menos en las mismas coordenadas.
Es decir, no creas que solamente son las mutilaciones de 1896 y 1897, las que han ocurrido en este sector. ¡Ni de cerca! Por ejemplo, la «estación de noticias KWCH», reportó que, el 21 de diciembre del 2015, ocurrió un incidente en Newton, Kansas.
En éste, un ranchero reportó que encontró una de sus vacas completamente mutilada. El hombre contó que le habían removido los órganos sexuales. Hasta el mismo Sheriff del lugar investigó el incidente, y al no encontrar rastros, ni huellas, del culpable, simplemente lo catalogó como un incidente de crueldad hacia los animales.
Pero eso no es todo, resulta que, en enero del 2016, se volvió a reportar otro incidente de este tipo en McPherson County, Kansas. El sheriff del condado publicó en su página de Facebook, que una vaca se había encontrado muerta, y que se le habían removido los ojos. Así es amigos, otro caso de mutilamiento animal.
Ahora bien, asumamos por un momento que la historia de Alexander Hamilton haya sido un invento, una simple broma que el señor quiso jugarles a sus amiguillos.
De ser esto cierto, ¿por qué habríamos de tener cuatro sucesos similares, de rapto y mutilamiento animal, en el mismo sector, separados por, más o menos, 1 siglo de diferencia?
¿Será que acaso todos estos incidentes son bromas también? Pero de ser así, ¿qué podemos decir de los otros incidentes que ocurren en otros lugares del planeta? ¿Éstas también son bromas?
Difícilmente, yo, la verdad, no lo creo. Todo esto me parece un poco demasiado “coincidencial”, por así decirlo. Es claro que todos estos incidentes tienen muchos elementos en común: el rapto y el mutilamiento de animales, los ovnis en forma de cigarro, las luces, el modus operandus de estas abducciones.
En fin, son muchas las características en común que tienen todos estos casos. Así que yo personalmente no creo que se traten de un engaño, o de una broma perpetrada entre amigos.
Vamos a dejarlo hasta aquí. ¿Y ustedes que creen, mis emprendedores de la felicidad? ¿Creen que Alexander Hamilton inventó esta historia para entretener a sus compinches del «club de los mentirosos»?
¿Creen que aquella mujer, Ethel Shaw, estaba diciendo la verdad acerca del señor Hamilton, o mentía? ¿Creen que todos los casos que se han reportado en esta zona, a lo largo de la historia, son simples engaños y bromas de mal gusto? ¿Creen que hay alguna razón por la cual todos estos incidentes ocurran en el mismo sector?
Bueno, mis emprendedores de la felicidad, vamos a dejarlo hasta aquí.
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Como siempre, les ha hablado su amigo y servidor, Andrés Rueda.
¡Les deseo a todos un maravilloso día y hasta la próxima!